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martes, 22 de diciembre de 2009

TRATADOS HERMETICOS -- TRATADO II

TRATADOS HERMETICOS

TRATADO II

DISCURSO UNIVERSAL

1.

HERMES: Todo móvil, oh Asclepios, ¿no es movido en algo y por algo?[1]

ASCLEPIOS: Ciertamente.

HERMES: Y, ¿el móvil no es necesariamente menos grande que el lugar del movimiento?[2]

ASCLEPIOS: Necesariamente.

HERMES: ¿Y el motor no es más fuerte que el móvil?

ASCLEPIOS: Con seguridad.

HERMES: ¿Y no te parece que el lugar del movimiento ha de ser necesariamente de una naturaleza contraria a la del móvil?

ASCLEPIOS: En efecto, así me parece.

2.

HERMES: ¿No es este mundo tan grande que no hay cuerpo más grande que él?

ASCLEPIOS: Ciertamente.

HERMES: ¿Y acaso no es compacto, porque está lleno de un gran número de cuerpos, o más bien por todos los cuerpos que existen?

ASCLEPIOS: Así es.

HERMES: ¿Y el mundo, no es un cuerpo?

ASCLEPIOS: Lo es.

HERMES: ¿Y es un móvil?

3.

ASCLEPIOS: Sí.

HERMES: ¿Cuál debe ser, pues, el lugar de su movimiento y de qué naturaleza? ¿No tiene que ser mucho más grande que el mundo, para que éste pueda moverse sin ser retenido ni detenido en su marcha?[3]

ASCLEPIOS: Ha de ser algo inmenso, ¡oh, Trismegisto!.

4.

HERMES: ¿Y de qué naturaleza ha de ser ese lugar? De una naturaleza opuesta, ¿no es así? Y lo opuesto al cuerpo, ¿no es acaso lo incorpóreo?

ASCLEPIOS: Estoy de acuerdo.

HERMES: Por lo tanto, el lugar ha de ser incorpóreo. Pero lo incorporal sólo puede ser alguna cosa divina o Dios. Llamo divino a lo que no es engendrado, sino a lo que es increado.

5.

Por tanto, si lo incorporal es alguna cosa divina, ha de tener la naturaleza de la esencia, y si es Dios, ni tan solo tiene esencia[4]. Además ha de ser inteligible y ahora te diré cómo: para nosotros Dios es el primer objeto del pensamiento, pero Él no es objeto de pensamiento para sí mismo –toda vez que el objeto del pensamiento ha de caer ante los sentidos del que lo piensa-. Por consiguiente, Dios no es objeto de pensamiento para sí mismo, pues no es algo distinto del objeto pensado, ya que Él se piensa a si mismo[5].

6.

Con nosotros sucede lo contrario: Dios es algo distinto y por eso es objeto de pensamiento para nosotros. Por tanto, si el lugar es objeto de pensamiento no lo es en tanto Dios, sino en tanto lugar, e incluso, considerándolo como Dios, tampoco lo será en tanto lugar sino en tanto energía capaz de contener las cosas. Todo móvil es movido no en algo que se mueve sino en algo que está en reposo, y el motor también ha de estar en reposo, pues le es imposible ser movido con lo que él mueve[6].

ASCLEPIOS: Entonces, oh Trismegisto, ¿cómo son movidas las cosas de aquí abajo por las cosas que las mueven? Pues he oído decir que las esferas de los planetas son movidas por la esfera de los fijos[7].

HERMES: Este no es un movimiento compartido, oh Asclepios, sino un movimiento opuesto, pues las esferas no son movidas por medio de un movimiento uniforme sino a partir de movimientos opuestos el uno al otro, y esta oposición implica un punto fijo de equilibrio para el movimiento[8].

7.

Pues la resistencia es detención del movimiento[9]; en las esferas de los planetas, al ser movidas en sentido contrario a la esfera fija, su movimiento inverso es producido por la resistencia que ellas se oponen entre sí, y no puede ser de otra forma. ¿Acaso no ves que las dos Osas no tienen ni levante ni poniente y que giran siempre en torno al mismo centro? ¿O son inmóviles?

ASCLEPIOS: Son movidas, oh Trismegisto.

HERMES: ¿Por qué movimiento, oh Asclepios?

ASCLEPIOS: Giran sin cesar en torno al mismo centro.

HERMES: Efectivamente, y una revolución en torno a un centro es un movimiento contenido por la inmovilidad[10]. Porque el movimiento circular impide la separación, y la separación detenida se fija en el movimiento circular. La oposición de estos dos movimientos produce un estado estable, siempre mantenido por las resistencias mutuas[11].

8.

Voy a darte un ejemplo tomado de los objetos terrestres. Mira a los animales, y al mismo hombre, cuando nadan, por ejemplo: la resistencia de los pies y de las manos los mantienen estables impidiendo que sean arrastrados por el agua.

ASCLEPIOS: Ese ejemplo es muy claro, oh Trismegisto.

HERMES: Por tanto, todo movimiento es producido en la inmovilidad y por la inmovilidad. Así, el movimiento del mundo y el de todo ser viviente material no procede de causas exteriores al cuerpo sino de causas interiores que operan desde dentro hacia fuera, es decir, desde los inteligibles, ya sea el alma, el soplo[12] o cualquier otro incorporal. Pues un cuerpo no puede mover un cuerpo animado ni, en general, ninguna especie de cuerpo, ni siquiera los inanimados.

9.

ASCLEPIOS: ¿Por qué dices esto, oh Trismegisto? ¿Acaso la madera, las piedras y todos los demás cuerpos inanimados no son movidos por los cuerpos?

HERMES: En absoluto, oh Asclepios. Es aquello que está dentro del cuerpo motor de la cosa inanimada y no el cuerpo en sí lo que se mueve, al mismo tiempo, los dos cuerpos, el cuerpo que lleva y el cuerpo que es llevado; por esa razón un inanimado no puede mover a otro inanimado[13]. Todo motor es animado puesto que produce el movimiento. Considera entonces la extrema carga del alma cuando, ella sola, ha de conducir dos cuerpos[14]. Por tanto, es evidente que los objetos son movidos en algo y por algo[15].

10.

ASCLEPIOS: ¿Es el vacío el lugar donde se produce el movimiento, Trismegisto?

HERMES: Cuidado con lo que dices, Asclepios. Ninguno de los seres que existen está vacío[16], en razón de su misma realidad, pues el ser que es no podría ser un ser que es si no estuviese lleno de realidad[17]: lo que es no puede nunca estar vacío.

ASCLEPIOS: ¿Pero acaso no hay ciertos objetos que están vacíos, por ejemplo un vaso vacío, un barril vacío, un pozo vacío, un cofre y cosas parecidas?

HERMES: ¡Qué inmenso error, Asclepios! ¡Decir que está vacío lo que está completamente lleno y colmado!

11.

ASCLEPIOS: ¿Qué quieres decir, Trismegisto?

HERMES: ¿Acaso el aire no es un cuerpo?

ASCLEPIOS: Lo es, ciertamente.

HERMES: ¿Acaso ese cuerpo no penetra todas las cosas y las llena? ¿Acaso todo cuerpo no se compone de los cuatro elementos? Todas esas cosas, que tú dices que están vacías, están llenas de aire y, en consecuencia, de los otros elementos. Y así, en sentido inverso, podemos decir que lo que tú crees lleno está vacío de aire, porque la presencia de otros cuerpos no permite que el aire ocupe el mismo espacio. Por tanto, de las cosas que dices que están vacías debieras decir que están huecas, no vacías, pues en razón de su misma realidad están llenas de aire y de aliento[18].

12.

ASCLEPIOS: Esta conclusión es irrefutable, oh Trismegisto; el aire es un cuerpo, y este cuerpo penetra todo, llena todo lo que penetra. ¿Pero qué diremos del lugar en que se mueve el universo?

HERMES: Que es incorporal, oh Asclepios.

ASCLEPIOS: ¿Y qué es, pues, lo incorporal?

HERMES: Un intelecto que en su totalidad se contiene por completo a sí mismo[19], libre de todo cuerpo, inerrante[20], impasible, intangible, inmutable en su propia estabilidad[21], contenedor de todos los seres[22], a los cuales conserva en el ser, cuyos rayos son el bien, la verdad, el principio[23] de la Luz, el principio del alma.

ASCLEPIOS: ¿Qué es Dios, entonces?

HERMES: Aquél que no es ninguna de las cosas sino causa de su existencia, tanto para las cosas en general como para cada ser en particular.

13.

Él no ha dejado nada al no-ser; todo ser viene de lo que es y no de lo que no es[24]. La nada no puede convertirse en algo; está en su naturaleza el no poder ser. La naturaleza del ser, por el contrario, es la de no poder dejar de ser[25].

14.

ASCLEPIOS: Así, pues, ¿cómo defines tú a Dios?

HERMES: Dios no es el intelecto[26], sino la causa del intelecto; no es el aliento[27], sino la causa del aliento; no es la luz, sino la causa de la luz. Los dos nombres bajo los que hay que honrar a Dios son apropiados[28] sólo para Él y para ningún otro, pues ninguno de aquellos seres a los que llamamos dioses, ni los hombres, ni los démones[29] puede, de ningún modo, ser llamado bueno: este título sólo es propio de Dios. Él es el Bien y no otra cosa. Los restantes seres son incapaces de contener la naturaleza del bien[30], pues son cuerpo y alma y no poseen espacio alguno para contener el bien[31].

15.

Pues la amplitud del bien es tan grande como la realidad de todos los seres, tanto los corporales como los incorporales, de los sensibles y de los inteligibles[32]. He aquí lo que es bien y he aquí lo que es Dios.

No digas, pues, de ningún otro ser que es bueno, porque sería una impiedad, ni digas de Dios que es otra cosa que el bien, pues también eso sería una impiedad.

16.

Todos emplean la palabra bien pero nadie comprende lo que significa; así nadie comprende a Dios, y por esa ignorancia, se llama buenos a los dioses y a algunos hombres, aunque no lo sean ni puedan llegar a serlo.

Todos los demás dioses son llamados inmortales, y se les da el nombre de dioses como una dignidad, pero Dios es el bien, y no como título honorífico, sino por su naturaleza. Dios y el Bien son una sola y misma cosa y el principio de todas las demás; porque lo propio de la Bondad es el dar todo sin recibir nada. Ahora bien, Dios da todo y no recibe nada. Dios es, pues, el bien y el bien es Dios.

17.

La otra denominación de Dios es la de Padre, esta vez a causa de la virtud que posee de crear todas las cosas, porque lo propio de un padre es crear. Por ello, la más alta función de la vida y la más sagrada es la procreación, y la mayor desgracia y mayor impiedad es abandonar esta vida sin dejar hijos. Los que faltan a este deber son castigados por los demonios después de la muerte. Y éste es el castigo: el alma del hombre que muere sin haber procreado es condenada a entrar en el cuerpo de un ser que no tiene naturaleza ni de hombre ni de mujer, cosa que es execrable al Sol.

Por esta razón, oh Asclepios, no envidies la suerte de aquel que no tiene hijos y, por el contrario, ten piedad de su desdicha pensando en la expiación que le espera.

Tales son, oh Asclepios, los primeros elementos del conocimiento de la Naturaleza[33].



[1] O bien, “¿no es movido en alguna cosa y por alguna cosa?”, Núria García i Amat, en “Obras Completas”, Ed. Continente.

[2] O bien, “¿Y no es de necesidad que el lugar del movimiento sea más grande que el móvil?”, Id.

[3] O bien, “¿Acaso no ha de ser tan grande como para poder contener el movimiento continuo del mundo de forma que el móvil no quede comprimido por la estrechez del lugar y detenga así su movimiento?”, Id.

[4] O bien, “Si es divino es esencial; si es Dios, está por encima de la esencia”, L. Menard, “Los Libros de Hermes Trismegisto”, Ed. Edicomunicación.

[5] O bien, “El primer Dios es inteligible para nosotros, no para Él mismo, porque lo inteligible cae bajo la sensación de lo inteligente. Dios no es, pues, inteligible para sí mismo, porque en Él el sujeto pensante no es otro que el sujeto pensado”, L. Menard, op cit.

[6] O bien, “Si el espacio es inteligible, no es Dios, sino el espacio. Si es Dios, es, no como espacio, sino como principio de lo extenso. Pero todo lo que es movido se mueve no en lo móvil, sino en lo estable. El motor es estable, porque no puede compartir el movimiento de lo móvil”, L. Menard, op. cit.

[7] O bien, “...las esferas errantes eran movidas por la esfera fija”, L Menard, op. cit.

[8] O bien, “Esta oposición ofrece al movimiento una resistencia fija...”, L. Menard, op. cit.

[9] O bien, “... pues la reacción de los movimientos es la inmovilidad”, L. Menard, op. cit.

[10] O bien, “y el movimiento circular no es más que una moción en torno al mismo centro firmemente contenido por la inmovilidad”, García i Amat, op cit.

[11] O bien, “...el movimiento ‘en torno al mismo centro’ impide la separación... De ahí que el movimiento en sentido contrario se detenga en un punto fijo, pues el movimiento opuesto lo torna estacionario”, García i Amat, op. cit.

[12] Menard traduce como “espíritu”, op. cit.

[13] O bien, “Lo que se encuentra dentro del cuerpo, lo que mueve al objeto inanimado, ese es el motor común del cuerpo que lleva y del cuerpo llevado. Nunca un objeto inanimado puede mover otro objeto inanimado”, L Menard, op. cit.

[14] O bien, “De esta forma vemos que el alma se hace pesada cuando tiene dos objetos que llevar”, Id.

[15] O bien, “Por tanto, es evidente que todo movimiento está producido por algo y en algo”, Id.

[16] O bien, directamente: “No existe vacío en el universo”, L Menard, op cit.

[17] O bien, “Unicamente el no-ser es vacío y ajeno a la existencia. Pero el ser no podría ser si no estuviera lleno de existencia”, Id.

[18] Menard traduce como “fluido”, op. cit.

[19] Menard traduce: “La inteligencia y la razón abrazándose entre sí...”, op cit.

[20] Menard traduce “exentas de error”, op. cit.

[21] Menard traduce “... permaneciendo fijas en ellas mismas (la inteligencia y la razón)”, op. cit.

[22] O bien, “conteniendo todo”, Menard, op. cit.

[23] García i Amat traduce como “arquetipo del espíritu... arquetipo del alma”, op. cit.

[24] O bien, “todas las cosas que existen vienen al ser a partir de cosas que existen y no a partir de cosas que no existen”, García i Amat, op cit.

[25] O bien, “pues las cosas inexistentes no tienen una naturaleza que les permitan venir al ser, sino que su naturaleza es tal que no pueden devenir en cosa alguna y, por otra parte, las cosas que son no pueden, por naturaleza, dejar de ser jamás”, García i Amat, op. cit.

[26] Para L Menard: “inteligencia”, op. cit.

[27] Para L Menard: “espíritu”, op cit.

[28] Para García i Amat: “pues sólo a Él pertenecen”, op. cit.

[29] Menard traduce directamente como “demonios”, op. cit.

[30] O bien, “están fuera de la naturaleza del bien”, Menard, op. cit.

[31] O bien, “y en ellos no hay lugar para el bien”, Menard, op. cit.

[32] O bien, “El Bien iguala en tamaño la existencia de todos los seres corporales e incorporales, sensibles e inteligentes. Tal es el Bien, tal es Dios”, Menard, op. cit.

[33] O bien, “Pero esto es suficiente, Asclepios, como conocimiento preliminar de todas las cosas”, García i Amat, op. cit.

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