.

Search Google

..

-

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Tratado Tripartito


Tratado Tripartito

Artículo principal: Manuscritos de Nag Hammadi.

El Tratado Tripartito, con sus ochenta y ocho páginas, es el documento más largo de los Manuscritos de Nag Hammadi que fue encontrado en un buen estado. Cierra el códice I (NHC I, 51-138).


Aspectos literarios


Constituye una summa verdadera de teología gnóstica, y es el trabajo de un profesor Valentiniano que exhibe su conocimiento del sistema sobre el que la iglesia de Valentín el gnóstico basó su enseñanza. En su forma y contenido, el texto corresponde a los tratados que San Ireneo e Hipólito de Roma usaron para apoyar su presentación de la doctrina de Valentín. Por lo tanto, provee el acceso directo para este tipo de literatura, sin que sea necesario aceptar la interpretación a menudo tendenciosa que los estudiosos de las herejías nos han dado. Aunque indudablemente escrito en griego originalmente, este texto es conocido solamente a través de este manuscrito copto. Ningún otro testigo nos ha llegado y ninguna mención o cita es conocida en la literatura antigua.

Aunque el trabajo es parte de una tradición que involucra la exposición sistemática de Valentinismo, el escritor es, sin embargo, un pensador original que está interesado más en la estructura lógica del sistema, que en poner en detalle lo mitológico. Se consideraba miembro de la iglesia de la carne (125, 4-5) del Señor y tiene cuidado al explicar su conocimiento de la iglesia y su lugar en este mundo. Que el tratado mismo no está dirigido explícitamente a una audiencia Valentiniana no es sorprendente, puesto que los Valentinianos se consideraban cristianos ante todo y rara vez hacían referencia a Valentín. Una comparación del contenido del Tratado con los sistemas Valentinianos descritos por los heresiólogos revela muchas expresiones y motivos comunes. Algunos de los más característicos incluyen: la división del eón caído en dos entidades; el regreso de la misión del Hijo-Salvador al Pleroma; la fruta común del Pleroma, y la tripartición en carnal, vidente y espiritual. La apelación a la categoría intermedia de vidente, tiene por fin dar una evaluación segura al creador, al mundo, a las escrituras judías, y a los otros cristianos no-valentinianos, y es típica del Valentinismo. Esta categoría sirve para distinguir la iglesia Valentiniana, considerada espiritual, de otros Cristianos y Judíos por un lado, y de esos grupos caracterizados por el dualismo y anti-judaísmo radical, como la iglesia de Marción y otros grupos Gnósticos, por otro.

Estructura literaria


La estructura del Tratado sigue el modelo conocido de la presentación del Valentinismo por los heresiólogos, y contiene los elementos principales de ciertos Tratados Gnósticos no- Valentinianos, como el Apócrifo de Juan. Reduce a su parte fundamental los elementos de este modelo:

la descripción del Dios trascendente y el Pléroma,

la pasión de los eones más jóvenes,

la misión del Salvador y la creación del mundo,

la creación de la humanidad,

la venida del Salvador, y

la escatología.

Este modelo, sin embargo, se presenta con muchas variaciones individuales.

Su importancia


La importancia del Tratado Tripartito estriba no sólo en el hecho de que permite comprender mejor algunos de los elementos fundamentales del sistema Valentiniano, sino en que también nos permite conocer una interpretación original de dicho sistema valentianiano.

Lo que los heresiólogos trataron con burla y presentaron como desacuerdos interminables entre los herejes era, a decir verdad, expresión de una obra dramática constante sobre estos temas comunes, y desconfianza de un vocabulario fijo que habría desviado la atención de las verdades trascendentes.

Enlaces externos

martes, 4 de septiembre de 2012

Tratado de la Resurrección


Tratado de la Resurrección

Artículo principal: Manuscritos de Nag Hammadi.


El manuscrito


El Tratado de la Resurrección (NHC I, 43-50) es uno de los Manuscritos de Nag Hammadi hallados en Egipto. Está conservado en una copia copta perteneciente al Códice I. Este texto es el penúltimo del códice.

Tradición


La creencia en la resurrección está en el corazón de la fe cristiana. Era, sin embargo, el centro de las preguntas y las discusiones entre los adeptos de la nueva fe, que aún no eran conocidos como cristianos, cuando Pablo de Tarso escribe la Primera Carta a los de Corinto. Estas discusiones que trataban de la creencia en la vida después de la muerte continuaron a través de los siglos II y III, como lo indican los tratados diferentes dedicados a eso. En esta tradición se situó el Tratado sobre la resurrección de Nag Hammadi.

Aspectos literarios


Es presentado como un documento dirigido por un amo a su discípulo Regino, aunque carece de dirección al principio de la carta. Es un tratado pequeño y didáctico de ocho páginas que semeja la forma de la discusión filosófica o la diatriba.
El tema de la resurrección

La importancia de esta carta breve y didáctica radica en su interpretación particular poco ortodoxa de la enseñanza cristiana sobre la superviviencia después de la muerte. Antes del final del siglo II, la fecha probable de su composición, los cristianos - gnósticos u ortodoxos - estaban luchando contra ciertos desafíos y dudas. ¿Tal superviviencia era demostrable filosóficamente (como Sócrates había discutido en el Phaedo)? ¿Qué fórmula podría tomar? (¿La inmortalidad del alma? ¿La resurrección del cuerpo? ¿La reencarnación?) ¿Cuándo sería experimentada tal superviviencia? (¿En la muerte? ¿En el regreso final de Cristo? Quizás ¿incluso antes de la muerte?) La enseñanza del NT era algo ambigua sobre varios de estos puntos, sin embargo dentro de la gran iglesia se llega al acuerdo general sobre al menos dos temas: el prototipo y la base de la esperanza para tal superviviencia eran la resurrección de Jesucristo, y la resurrección de personas individuales implicaría su retención de la identidad personal.
En este Tratado, la resurrección no puede ser hallada en la discusión filosófica, sino en la fe en la resurrección del Señor. Se presenta arraigada primero en la encarnación, muerte, y resurrección del Señor, que es representada para sus seguidores como el sol desvelando sus rayos (45,36 - 40).
La forma de esta resurrección es expresada en relación con la separación del hombre interior tras la muerte del cuerpo físico, para ponerse una vestidura de luz. Los seguidores más fieles, sin embargo, participan por la fe del don de la resurrección del Señor (45,24 - 40), una doctrina que es expresada explícitamente en el Evangelio de Felipe (56,15 - 19). El escritor es indudablemente un cristiano, y su fe está firmemente arraigada en el NT. Sin embargo, el texto revela ciertas características típicas del Valentinismo, como la creencia en que la resurrección ya ha llegado o la noción de que el Pleroma pre-existente requiere una restauración después de una deficiencia.

Enlaces


Evangelio de Valentín


Evangelio de Valentín

El Evangelio de la Verdad o Evangelio de Valentín es uno de los cuatro tratados que componen el denominado Pitis Sophia ("Poder Sabiduría"). Es un manuscrito copto (egipcio) descubierto en el siglo XVIII, que recibió el nombre de Codex Askewianus. Suele datarse hacia el siglo III.
Es un evangelio apócrifo gnóstico que consta de 53 sentencias.

Referencia bibliográfica


García Bazán, Francisco (2003-). La Gnosis eterna. Antología de textos gnósticos griegos, latinos y coptos. tres volúmenes en preparación. Madrid: Editorial Trotta.
La gnosis eterna. Antología de textos gnósticos griegos, latinos y coptos I. 2003. ISBN 978-84-8164-585-9.
La gnosis eterna. Antología de textos gnósticos griegos, latinos y coptos II. Pístis Sophía / Fe Sabiduría. primera edición y traducción del original copto en lengua española. 2007. ISBN 978-84-8164-852-2.
La gnosis eterna. Antología de textos gnósticos griegos, latinos y coptos III. Versión de textos de gnósticos libertinos y de los testimonios hermético-gnósticos, alquímicos y neoplatónicos. en preparación.
– (2006). El Evangelio de Judas. Madrid: Editorial Trotta. ISBN 978-84-8164-837-9.

Véase también


Apócrifo de Santiago

Apócrifo de Santiago

Artículo principal: Manuscritos de Nag Hammadi.
El Libro Secreto de Santiago o Apócrifo de Santiago (NHC I, 1-16) está ubicado dentro de los Evangelios Apócrifos cristianos de Nag Hammadi, relativos a las enseñanzas de Cristo, descartados mediante la conformación del Canon del Nuevo Testamento. Está conservado en una sola copia copta encontrada en el Códice I de Nag Hammadi.
Este texto es uno de tres de este códice que no tienen título (los otros dos son El Evangelio de la Verdad y El Tratado Tripartito). En casos como éste, en los que el título antiguo no ha sobrevivido, cualquier título moderno debe reflejar las prioridades del texto. Debido a que nuestro texto se presenta en forma de una carta (1,1-2,4) que recoge cierta enseñanza confidencial de Jesús, su título actual es apropiado.
Es el segundo texto de su códice, aunque empieza con la primera página del códice, por cuanto la oración del apóstol Pablo que le precede está escrita sobre la portada del códice. Es seguido por el Evangelio de la Verdad, el Tratado de la Resurrección, y el Tratado Tripartito.

Está escrito en sub-akhmímico, un dialecto del copto, pero según los especialistas la lengua original de composición fue el griego helenístico. La traducción podría haber tenido lugar a principios del siglo IV de nuestra era. Desafortunadamente, el manuscrito está en un mal estado, lleno de las lagunas, especialmente en la parte superior de las hojas, y particularmente en las primeras cuatro páginas.
En relación con su fecha de composición, El Libro Secreto de Santiago puede haberse escrito a mediados del siglo II, por cuanto combina el tono polémico de ciertos fragmentos contra la iglesia ortodoxa institucionalizada y un tono más pacífico en su conjunto. Predomina el aspecto no amenazador del texto, y presupone la tensión pero no la ruptura abierta con la iglesia establecida.
Pudiera haberse escrito en Alejandría o, en todo caso, habría circulado por allí. Las pruebas internas orientan a Egipto como lugar de procedencia. Los orígenes de los dichos de Jesús utilizados podrían ser del siglo I.
Está claro que los destinatarios del tratado se distinguen de la iglesia cristiana oficial. Probablemente rechazan la doctrina de la expiación; hacen caso omiso de la segunda venida de Cristo y de la resurrección general. Esperan ascender, en el alma o el espíritu, al reino del cielo. Esto, junto con la abundante terminología típicamente gnóstica, ha llevado a la mayoría de los investigadores a concluir que el trabajo es cristiano gnóstico, aunque carece del influjo valentiniano o de otras teologías gnósticas conocidas. La especial aparición post-resurrección de Jesús, y el recurso a Santiago como origen de una tradición confidencial auténtica, son medios que los gnósticos usan a menudo para legitimar su mensaje.
Género literario, secciones y contenido
En relación con el género, como se indicó arriba, el Libro Secreto de Santiago comienza como una carta. La aseveración de que este texto es en realidad una carta enviada por Santiago está muy desarrollada: afirma ser el segundo texto enviado por Santiago, y haber sido escrito originalmente en hebreo. El receptor debe tener cuidado para asegurarse que solamente sea divulgado entre los respetables (1,20-25): este tipo de advertencia es una característica común de los textos esotéricos.
Hay cambios repentinos y contradicciones muy importantes entre secciones. Los dichos, las profecías, las parábolas y las reglas para la comunidad atribuidas a Jesús, están insertados en la descripción de una segunda aparición post-resurrección, a continuación de la carta nombrada. La referencia a la escritura en hebreo y a la carta previa son los detalles más probables aportados por el escritor simplemente para crear la atmósfera. El diálogo entre Jesús y sus discípulos parece ser una técnica literaria secundaria. Otra parte del Libro Secreto de Santiago puede haber sido una adición: el primero y más largo de los discursos, de dos páginas, que es una exhortación al martirio. Su estilo distintivo y el tema indican que podría tratarse de una interpolación posterior.
Tres teorías, todas ellas plausibles, han sido presentadas para explicar estas secciones del libro. La primera plantea la existencia de una carta (1, 1-7) a la que sigue un libro de revelación originalmente distinto. La unión de las dos secciones sería obra de un redactor que, en el proceso de edición, adornó el material resaltando el papel de Santiago. Otra considera los pasajes sobre martirio (4, 1-5, 6) y profecía (6, 1-4) como adiciones secundarias; su omisión deja un documento posiblemente más temprano constatando en él dichos más breves. Una tercera teoría ve el documento como trabajo de un escritor. Para todos, el segmento de carta y el libro de revelación usan una gramática especial infrecuente: la bienaventuranza con el verbo en futuro (1, 4; 7, 3; 8, 3. 9). Sin embargo, esto también podía ser el trabajo de un redactor que intentaba poner en armonía las dos secciones.
El resultado más importante de los estudios es la conclusión de que los dichos que la tradición conservó en este documento son independientes de los evangelios canónicos. El Libro Secreto de Santiago está basado en una colección temprana de dichos, según se puede inferir de algunas pistas: la referencia al recuerdo de los dichos de Jesús destaca cuando la tradición oral todavía era fuerte, la referencia a la "producción del escriba" indica que aún no había un canon establecido de literatura evangélica, el análisis de los dichos individuales indica que son independientes del Nuevo Testamento, y la referencia a Santiago muestra que el documento viene de un tiempo en que los relatos sobre Jesús estaban relacionadas con la competencia autoritativa bajo los nombres de discípulos individuales de Jesús.
Alrededor de 2, 4 (hay un daño considerable en las líneas que preceden a 2, 4 así que uno no puede saber con seguridad exactamente dónde comienza el episodio) el escenario está preparado para el diálogo de revelación que abarca el resto de la carta. Describe una escena pintoresca: los doce discípulos se encuentran juntos después de la crucifixión de Jesús, escribiendo todo lo que pueden recordar de sus enseñanzas. (Notamos de paso que son los 12 discípulos quienes están comprometidos en esta actividad, y que están grabando tanto las enseñanzas públicas como las instrucciones confidenciales: nuestro texto está, por lo tanto, dando autoridad apostólica a la existencia de abundantes evangelios. También es importante anotar que la referencia a 12 discípulos obvia la supuesta desaparición de Judas después de la traición).
El texto ratifica eso al aumentar la enseñanza de Cristo a los discípulos: llama a Pedro y Santiago a su lado y les da las enseñanzas confidenciales durante 550 días. Hace hincapié en la importancia de llenarse de espíritu (4,19), y también ratifica la necesidad del sufrimiento. Sufriendo, uno gana el amor del Padre y se hace igual, o incluso mejor que Cristo (6,19-20). En respuesta a una cuestión de Santiago, Cristo declara que la época de la profecía ha terminado (6, 29-30): uno debe tener el conocimiento para recibir el reino de los cielos (8,26-27).
Un tema importante en esta revelación es la necesidad de independencia; que los discípulos simplemente no deben depender de Cristo, sino que deben tomar la iniciativa ellos mismos. En un pasaje conmovedor, Cristo reprende a aquellos que han permanecido callados cuando debían haber hablado, o se han dormido cuando debían haber estado despiertos (9,18-10,6).
Desde el principio hasta el fin, Cristo habla en parábolas, usando imágenes metafóricas evocadoras de los discursos conservados en textos tales como los evangelios canónicos y el evangelio de Tomás. Termina el cuerpo principal de su disertación con tres ideas más fuertes: el reino de los cielos es como un grano de cereal, madura y llena el campo con más granos (12, 22-30), uno debe tener cuidado para que el orgullo no lo convierte en un desierto (13, 17-23), y la actividad de Cristo se compara con la construcción de una casa (13, 2-8).
Cuando termina la disertación, Pedro se queja de la ambigüedad de estas enseñanzas (13, 27-36), y es reprendido enérgicamente (13,36-14,19). Se hace hincapié otra vez en la independencia del fiel creyente: ni el Padre puede echar del reino a alguien que ha recibido la vida y creído (14,15-19).
Después de la insistencia a Santiago y Pedro en que presten atención a lo que lo aguarda, Cristo se va. Santiago y Pedro, arrodillándose, envían sus corazones tras él y perciben guerras y gran agitación (15, 6-13). Sus mentes continúan el ascenso, y perciben coros celestiales y regocijo (15, 14-23). Pero la subida de sus espíritus es interrumpida por la llegada de los otros discípulos (14, 23-34). Cristo (14,41-15,3) bendice a uno que viene después de los discípulos (quizás hace referencia al círculo propio del escritor). Este punto se remarca cuando al final del texto Santiago declara su esperanza en que aquellos a quienes ilustra se pondrán en su camino (16, 8-19).
Estilo y teología
Este texto, a decir de algunos estudiosos del tema, es fascinante por su estilo y su teología. Por una parte, sus parábolas y su uso frecuente de bendiciones e infortunios hacen que las enseñanzas que contiene parezcan familiares para alguien con conocimiento de los evangelios canónicos. Por otro lado, cuando se revisan más atentamente, esas enseñanzas se revelan como no comunes. Las exhortaciones repetidas no tienen precedentes, son independientes de Cristo, y hay pistas de un desarrollo soteriológico gnóstico subyacente al texto. Por ejemplo, en 8, 36 Cristo dice a Santiago que lo siga, y que ya le ha enseñado qué decir cuando enfrente a los arcontes, una enseñanza con la que el escritor del texto obviamente supone que sus lectores están familiarizados.
La representación de Pedro y Santiago es diferente. Mientras los dos son declarados aptos para recibir las enseñanzas confidenciales, en algún punto Jesús se dirige únicamente a Santiago (por ejemplo, en 8, 36 ya citado). Además, mientras que las exclamaciones de Santiago sirven para avanzar la disertación, las de Pedro solamente mueApócrifo de Santiago
Artículo principal: Manuscritos de Nag Hammadi.
El Libro Secreto de Santiago o Apócrifo de Santiago (NHC I, 1-16) está ubicado dentro de los Evangelios Apócrifos cristianos de Nag Hammadi, relativos a las enseñanzas de Cristo, descartados mediante la conformación del Canon del Nuevo Testamento. Está conservado en una sola copia copta encontrada en el Códice I de Nag Hammadi.
Este texto es uno de tres de este códice que no tienen título (los otros dos son El Evangelio de la Verdad y El Tratado Tripartito). En casos como éste, en los que el título antiguo no ha sobrevivido, cualquier título moderno debe reflejar las prioridades del texto. Debido a que nuestro texto se presenta en forma de una carta (1,1-2,4) que recoge cierta enseñanza confidencial de Jesús, su título actual es apropiado.
Es el segundo texto de su códice, aunque empieza con la primera página del códice, por cuanto la oración del apóstol Pablo que le precede está escrita sobre la portada del códice. Es seguido por el Evangelio de la Verdad, el Tratado de la Resurrección, y el Tratado Tripartito.

Contenido 
1 Aspectos literarios generales
2 Género literario, secciones y contenido
3 Estilo y teología
4 Referencia
4.1 Bibliografía
4.2 Enlaces externos
Aspectos literarios generales

Está escrito en sub-akhmímico, un dialecto del copto, pero según los especialistas la lengua original de composición fue el griego helenístico. La traducción podría haber tenido lugar a principios del siglo IV de nuestra era. Desafortunadamente, el manuscrito está en un mal estado, lleno de las lagunas, especialmente en la parte superior de las hojas, y particularmente en las primeras cuatro páginas.
En relación con su fecha de composición, El Libro Secreto de Santiago puede haberse escrito a mediados del siglo II, por cuanto combina el tono polémico de ciertos fragmentos contra la iglesia ortodoxa institucionalizada y un tono más pacífico en su conjunto. Predomina el aspecto no amenazador del texto, y presupone la tensión pero no la ruptura abierta con la iglesia establecida.
Pudiera haberse escrito en Alejandría o, en todo caso, habría circulado por allí. Las pruebas internas orientan a Egipto como lugar de procedencia. Los orígenes de los dichos de Jesús utilizados podrían ser del siglo I.
Está claro que los destinatarios del tratado se distinguen de la iglesia cristiana oficial. Probablemente rechazan la doctrina de la expiación; hacen caso omiso de la segunda venida de Cristo y de la resurrección general. Esperan ascender, en el alma o el espíritu, al reino del cielo. Esto, junto con la abundante terminología típicamente gnóstica, ha llevado a la mayoría de los investigadores a concluir que el trabajo es cristiano gnóstico, aunque carece del influjo valentiniano o de otras teologías gnósticas conocidas. La especial aparición post-resurrección de Jesús, y el recurso a Santiago como origen de una tradición confidencial auténtica, son medios que los gnósticos usan a menudo para legitimar su mensaje.
Género literario, secciones y contenido
En relación con el género, como se indicó arriba, el Libro Secreto de Santiago comienza como una carta. La aseveración de que este texto es en realidad una carta enviada por Santiago está muy desarrollada: afirma ser el segundo texto enviado por Santiago, y haber sido escrito originalmente en hebreo. El receptor debe tener cuidado para asegurarse que solamente sea divulgado entre los respetables (1,20-25): este tipo de advertencia es una característica común de los textos esotéricos.
Hay cambios repentinos y contradicciones muy importantes entre secciones. Los dichos, las profecías, las parábolas y las reglas para la comunidad atribuidas a Jesús, están insertados en la descripción de una segunda aparición post-resurrección, a continuación de la carta nombrada. La referencia a la escritura en hebreo y a la carta previa son los detalles más probables aportados por el escritor simplemente para crear la atmósfera. El diálogo entre Jesús y sus discípulos parece ser una técnica literaria secundaria. Otra parte del Libro Secreto de Santiago puede haber sido una adición: el primero y más largo de los discursos, de dos páginas, que es una exhortación al martirio. Su estilo distintivo y el tema indican que podría tratarse de una interpolación posterior.
Tres teorías, todas ellas plausibles, han sido presentadas para explicar estas secciones del libro. La primera plantea la existencia de una carta (1, 1-7) a la que sigue un libro de revelación originalmente distinto. La unión de las dos secciones sería obra de un redactor que, en el proceso de edición, adornó el material resaltando el papel de Santiago. Otra considera los pasajes sobre martirio (4, 1-5, 6) y profecía (6, 1-4) como adiciones secundarias; su omisión deja un documento posiblemente más temprano constatando en él dichos más breves. Una tercera teoría ve el documento como trabajo de un escritor. Para todos, el segmento de carta y el libro de revelación usan una gramática especial infrecuente: la bienaventuranza con el verbo en futuro (1, 4; 7, 3; 8, 3. 9). Sin embargo, esto también podía ser el trabajo de un redactor que intentaba poner en armonía las dos secciones.
El resultado más importante de los estudios es la conclusión de que los dichos que la tradición conservó en este documento son independientes de los evangelios canónicos. El Libro Secreto de Santiago está basado en una colección temprana de dichos, según se puede inferir de algunas pistas: la referencia al recuerdo de los dichos de Jesús destaca cuando la tradición oral todavía era fuerte, la referencia a la "producción del escriba" indica que aún no había un canon establecido de literatura evangélica, el análisis de los dichos individuales indica que son independientes del Nuevo Testamento, y la referencia a Santiago muestra que el documento viene de un tiempo en que los relatos sobre Jesús estaban relacionadas con la competencia autoritativa bajo los nombres de discípulos individuales de Jesús.
Alrededor de 2, 4 (hay un daño considerable en las líneas que preceden a 2, 4 así que uno no puede saber con seguridad exactamente dónde comienza el episodio) el escenario está preparado para el diálogo de revelación que abarca el resto de la carta. Describe una escena pintoresca: los doce discípulos se encuentran juntos después de la crucifixión de Jesús, escribiendo todo lo que pueden recordar de sus enseñanzas. (Notamos de paso que son los 12 discípulos quienes están comprometidos en esta actividad, y que están grabando tanto las enseñanzas públicas como las instrucciones confidenciales: nuestro texto está, por lo tanto, dando autoridad apostólica a la existencia de abundantes evangelios. También es importante anotar que la referencia a 12 discípulos obvia la supuesta desaparición de Judas después de la traición).
El texto ratifica eso al aumentar la enseñanza de Cristo a los discípulos: llama a Pedro y Santiago a su lado y les da las enseñanzas confidenciales durante 550 días. Hace hincapié en la importancia de llenarse de espíritu (4,19), y también ratifica la necesidad del sufrimiento. Sufriendo, uno gana el amor del Padre y se hace igual, o incluso mejor que Cristo (6,19-20). En respuesta a una cuestión de Santiago, Cristo declara que la época de la profecía ha terminado (6, 29-30): uno debe tener el conocimiento para recibir el reino de los cielos (8,26-27).
Un tema importante en esta revelación es la necesidad de independencia; que los discípulos simplemente no deben depender de Cristo, sino que deben tomar la iniciativa ellos mismos. En un pasaje conmovedor, Cristo reprende a aquellos que han permanecido callados cuando debían haber hablado, o se han dormido cuando debían haber estado despiertos (9,18-10,6).
Desde el principio hasta el fin, Cristo habla en parábolas, usando imágenes metafóricas evocadoras de los discursos conservados en textos tales como los evangelios canónicos y el evangelio de Tomás. Termina el cuerpo principal de su disertación con tres ideas más fuertes: el reino de los cielos es como un grano de cereal, madura y llena el campo con más granos (12, 22-30), uno debe tener cuidado para que el orgullo no lo convierte en un desierto (13, 17-23), y la actividad de Cristo se compara con la construcción de una casa (13, 2-8).
Cuando termina la disertación, Pedro se queja de la ambigüedad de estas enseñanzas (13, 27-36), y es reprendido enérgicamente (13,36-14,19). Se hace hincapié otra vez en la independencia del fiel creyente: ni el Padre puede echar del reino a alguien que ha recibido la vida y creído (14,15-19).
Después de la insistencia a Santiago y Pedro en que presten atención a lo que lo aguarda, Cristo se va. Santiago y Pedro, arrodillándose, envían sus corazones tras él y perciben guerras y gran agitación (15, 6-13). Sus mentes continúan el ascenso, y perciben coros celestiales y regocijo (15, 14-23). Pero la subida de sus espíritus es interrumpida por la llegada de los otros discípulos (14, 23-34). Cristo (14,41-15,3) bendice a uno que viene después de los discípulos (quizás hace referencia al círculo propio del escritor). Este punto se remarca cuando al final del texto Santiago declara su esperanza en que aquellos a quienes ilustra se pondrán en su camino (16, 8-19).
Estilo y teología
Este texto, a decir de algunos estudiosos del tema, es fascinante por su estilo y su teología. Por una parte, sus parábolas y su uso frecuente de bendiciones e infortunios hacen que las enseñanzas que contiene parezcan familiares para alguien con conocimiento de los evangelios canónicos. Por otro lado, cuando se revisan más atentamente, esas enseñanzas se revelan como no comunes. Las exhortaciones repetidas no tienen precedentes, son independientes de Cristo, y hay pistas de un desarrollo soteriológico gnóstico subyacente al texto. Por ejemplo, en 8, 36 Cristo dice a Santiago que lo siga, y que ya le ha enseñado qué decir cuando enfrente a los arcontes, una enseñanza con la que el escritor del texto obviamente supone que sus lectores están familiarizados.
La representación de Pedro y Santiago es diferente. Mientras los dos son declarados aptos para recibir las enseñanzas confidenciales, en algún punto Jesús se dirige únicamente a Santiago (por ejemplo, en 8, 36 ya citado). Además, mientras que las exclamaciones de Santiago sirven para avanzar la disertación, las de Pedro solamente muestran su incapacidad de comprender las enseñanzas paradójicas de Cristo. Pedro, como sucede frecuentemente en los textos gnósticos, representa aquí la iglesia ortodoxa, y en su tratamiento de Pedro nuestro escritor participa en una polémica contra esa institución. Esta polémica no es tan agresiva como en otros textos (como El Segundo Tratado del Gran Set); Pedro es segundo solamente en relación a Santiago entre todos los discípulos. No obstante, es segundo: Santiago es el privilegiado, tanto como que es el narrador aparente de todo el escrito.

Referencia
Bibliografía
Enlaces externos

The Secret Book of James (Early Christian Writings)
Bibliothèque copte de Nag Hammadistran su incapacidad de comprender las enseñanzas paradójicas de Cristo. Pedro, como sucede frecuentemente en los textos gnósticos, representa aquí la iglesia ortodoxa, y en su tratamiento de Pedro nuestro escritor participa en una polémica contra esa institución. Esta polémica no es tan agresiva como en otros textos (como El Segundo Tratado del Gran Set); Pedro es segundo solamente en relación a Santiago entre todos los discípulos. No obstante, es segundo: Santiago es el privilegiado, tanto como que es el narrador aparente de todo el escrito.

Referencia
Bibliografía
Enlaces externos
The Secret Book of James (Early Christian Writings)
Bibliothèque copte de Nag Hammadi

La Oración del Apóstol Pablo


Oración de Pablo
Artículo principal: Manuscritos de Nag Hammadi.
Contenido 
1 El manuscrito
2 El contenido
3 El texto
4 Enlaces

El manuscrito


La Oración del Apóstol Pablo
 (NHC I, A-B) es el primer manuscrito del códice Jung (códice I) de la biblioteca de Nag Hammadi, y está escrito sobre la portada.
El contenido

Presenta una súplica gnóstica distintiva, diferente de las oraciones canónicas también atribuidas a Pablo. Los eruditos lo han considerado como un escrito Valentiniano. Al manuscrito le faltan aproximadamente dos líneas al principio.
El texto

... tu luz, ¡dame tu piedad! Mi redentor, sálvame, porque soy tuyo: el que ha surgido de ti. ¡Eres mi mente; llévame! ¡Eres mi casa de tesoros; ábrela para mí! ¡Eres mi plenitud; condúceme a ti! Eres mi descanso; dame lo perfecto inalcanzable! Te invoco, el que eres y que eras, en el nombre sobre todo nombre, por Yeshua HaMashiaj, el Señor de señores, el Rey de los siglos; dame tus dones -no te arrepentirás- a través del Hijo del hombre, el Espíritu, el Paráclito de la verdad. Dame la autoridad cuando te la pida; dame salud para mi cuerpo cuando te la pida por los Evangelistas, y salva mi eterna alma luminosa y mi espíritu. Y el primogénito del Pléroma de la gracia - ¡revélalo a mi mente! Concédeme lo que ningún ojo de ángel ha visto ni oído de gobernante ha escuchado, y lo que no ha entrado en corazón humano, y que llegó a ser angelical y modelado a imagen del Dios psíquico, cuando fue formado en el principio, pues tengo fe y esperanza. Y pon sobre mí a tu Amado, el Elegido, y la Grandeza bendita, el Primogénito, el Primer existente, y el maravilloso Misterio de tu casa; porque tuyo es el poder y la gloria y la alabanza y la grandeza por siempre. Amén. Oración del Rab Shaul. Shalom. Mashiaj sea bendito.

.

¿QUIERES SALIR AQUI? , ENLAZAME