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sábado, 24 de julio de 2010

LEYENDA BÍBLICA DE LOS EVANGELIOS APÓCRIFOS MUSULMANES



LEYENDA BÍBLICA DE LOS EVANGELIOS APÓCRIFOS MUSULMANES
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Tenemos pocas referencias del extraño Evangelio Apócrifo Musulmán que ofrecemos a continuación. Proviene del Dicctionnaire des Apocryphes del Padre Migne, donde aparece en el segundo volumen, a modo de nota en el apartado dedicado al «Evangelio de la Infancia».
Al lector le corresponde juzgarlo.

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LEYENDA BÍBLICA DE LOS MUSULMANES

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Caminando Jesús un día, cerca del Mar Muerto, encontró un cadáver que yacía en tierra; rogándole sus discípulos que volviera a la vida ese vestigio de cuerpo humano. Jesús dirigió sus súplicas a Dios, luego fue hacia el cráneo y le dijo: «Reanímate, por voluntad de Dios, y cuéntanos lo que has encontrado en la tumba más allá de la muerte».
El cráneo volvió a tomar la forma de hombre viviente y dijo: «Sabe, oh profeta de Dios, que tomé un baño después de divertirme un día con mi mujer, hace ahora cuatro mil años, siendo atacado por una fiebre que durante siete días resistió todos los remedios. Al cuarto día me encontraba tan fatigado que todos mis miembros temblaban y mi lengua estaba pegada al paladar. Entonces el ángel de la muerte se me apareció bajo una figura espantosa: su cabeza llegaba hasta el cielo, mientras que sus pies tocaban la profundidad más remota de la tierra. Sostenía una espada con la mano derecha y una copa con la izquierda. Cerca de él habían otros dos ángeles que parecían ser sus servidores. Quise lanzar un grito que habría podido llegar a todos los habitantes del cielo y de la tierra, pero ellos se precipitaron sobre mí, me sujetaron la lengua y examinaron todas mis venas para hacer salir mi alma del cuerpo. Yo les dije: "Ángeles temibles, daría todo lo que poseo por conservar la vida". Pero uno de ellos me golpeó tan fuerte en la cara que mi
mandíbula quedó destrozada casi por completo; y me dijo: "¡Enemigo de Dios! Dios no acepta ningún rescate". Luego el ángel de la muerte levantó su espada por encima de mi cuello y me tendió la copa que debí vaciar hasta la última gota. Esta fue mi muerte.
Fui lavado, envuelto en un sudario y amortajado sin tener conocimiento. Cuando mi tumba estuvo cubierta de tierra, el alma volvió a mi cuerpo, y se apoderó de mi un gran espanto al encontrarme en la soledad. A continuación, vinieron dos ángeles con un pergamino y me recitaron todo lo que de bueno y malo había hecho durante mi vida, ordenándome firmarlo, atestiguando así la exactitud de su contenido. Cuando lo hube hecho, ataron esta hoja a mi cuello y me dejaron. Después aparecieron otros dos ángeles de un color azul negruzco, cada uno de ellos tenía en la mano una columna de fuego; si una brizna de este fuego cayese sobre la tierra, sería suficiente para incendiarla. Y me gritaron con voz parecida al trueno: "¿Quién es tu maestro?" El escalofrío me hizo perder la razón, y, tartamudeando, respondí: "Vosotros sois mis maestros", replicándome ellos: "Mientes, enemigo de Dios", dándome tal golpe con una de sus columnas que fui a caer a la séptima tierra. Cuando de nuevo me encontré en mi tumba dijeron: "Tierra, castiga a este hombre porque ha sido rebelde a su maestro".
Entonces la tierra hizo tal fuerza sobre mí que casi todos mis huesos fueron reducidos a polvo, y ella me dijo: "Enemigo de Dios, te odiaba cuando te paseabas sobre mi superficie, pero ahora que reposas en mi seno, me vengaré gracias a la potestad de Dios". Después los ángeles abrieron una puerta del infierno y dijeron: "Tomad un pecador que no creía en Dios y quemadle". Me ataron con una cadena de setenta varas de largo y me echaron en medio del infierno. Tantas veces como las llamas devoraban mi piel, recibía otra a fin de sufrir de nuevo el tormento de las quemaduras.
También padecía hambre, pero no recibía otro alimento más que el fruto apestado del árbol sukum, que no tan sólo aumentaba mi hambre, sino que me causaba una sed ardiente y crueles dolores por todo el cuerpo. Si pedía agua, me la daban hirviendo y me clavaban con tal fuerza en la boca el extremo de la cadena que me ataba manos y pies, que me salía por la espalda».
Cuando Jesús oyó estas palabras, lloró de compasión y ordenó a la cabeza de muerto describir con más detalle el Infierno; dijo la cabeza: «Sabe, profeta de Dios, que el infierno está constituido por siete pisos uno encima del otro. El piso superior es para los hipócritas, el segundo es para los judíos, el tercero para los cristianos, el cuarto para los magos, el quinto para quienes llaman mentirosos a los profetas, el sexto para los adoradores de los ídolos y el séptimo para los pecadores perteneciente al pueblo de Mahoma, profeta que debe aparecer en un tiempo más alejado. La estancia en este último es la menos atormentada de todas, y esos pecadores serán un día puestos de nuevo en libertad por la plegaria de Mahoma. Pero en los restantes, los tormentos de los pecadores son tan grandes, que si tu los vieses, oh profeta de Dios, derramarías lágrimas de piedad, llorando como una madre que ha perdido a su único hijo. El exterior del infierno es de cobre y el interior de plomo. El lugar es un suplicio creado por la cólera del
Todopoderoso. De todas partes sale fuego que no emite luz alguna, sino que es negro y derrama un humo espeso y pestilente; este fuego está alimentado con hombres y figuras de ídolos».
Jesús lloró largo rato y luego preguntó al cráneo, a qué raza había pertenecido durante su vida. Le respondió: «Desciendo del profeta Elías» - «¿Qué desearías ahora?» - «Que Dios me llamara de nuevo a la vida, a fin de que pudiese servirle con todo mi corazón, para hacerme digno del Paraíso».
Jesús dirigió su plegaria a Dios y dijo: «Señor, tú conoces a este hombre y a mí mejor de lo que nos conocemos a nosotros mismos, tú eres Todopoderoso». Y Dios le contestó: «Esto que él desea, desde hace tiempo yo ya lo había decidido; como que ha hecho muchos méritos y, sobre todo, se ha mostrado muy caritativo para con los pobres, volverá al mundo gracias a tu intervención, y si me sirve fielmente, todos sus pecados le serán perdonados». Entonces Jesús llamó al cráneo y le dijo: «Vuelve a ser un hombre perfecto por la potestad de Dios». Apenas hubo pronunciado estas palabras, se levantó un hombre, de apariencia aún más brillante que en su vida pasada, que dijo: «Yo soy testigo de que no hay más que un Dios, que Moisés hablaba con Dios, que Isaías es el espíritu y la palabra de Dios y que Mahoma será el último enviado de Dios. Reconozco que la resurrección es tan cierta como la muerte y que el infierno y el cielo existen realmente».
Este hombre después de su resurrección vivió sesenta y seis años, pasó los días ayunando y las noches rezando, y hasta su muerte no se desvió ni por un instante del servicio del Señor.
Cuantos más milagros hacía Jesús ante los ojos del pueblo, más crecía la incredulidad de los judíos, pues todo aquello que no podían comprender, lo miraban como efectos de la magia, en lugar de ver en ello el signo de la misión de Dios. Incluso los mismos doce apóstoles, a los que él había elegido a fin de expandir su doctrina, no eran de fe inquebrantable, y un día le pidieron hiciera descender del cielo una mesa de alimentos. «Tendréis una mesa», respondió una voz que venía del cielo, «pero aquel que después se mantenga en su incredulidad, recibirá un duro castigo».
Entonces descendieron dos nubes llevando una mesa de oro sobre la que había una bandeja de plata cubierta. Muchos de los israelitas que estaban presentes dijeron entre ellos: «Ved como el mago ha inventado un nuevo prestigio». De inmediato se convirtieron en cerdos. Cuando Jesús lo vio, oró diciendo: «Señor, haz que esta mesa sirva para curarnos y no para condenarnos». Y dijo luego a los apóstoles: «Que el más eminente de entre vosotros se levante y descubra el plato». Pero Simón, el más anciano de ellos, dijo: «Señor, tú eres el más digno de ver primero los platos del cielo». Entonces Jesús se lavó las manos, levantó la tapa y dijo: «En el nombre de Dios»; y apareció un pescado sin aletas ni escamas, que desprendía un olor suave como los frutos del paraíso. Alrededor del pescado habían cinco panecillos y por encima de él, sal, pimienta y otras especias. Simón preguntó: «Espíritu de Dios, ¿estos manjares son de este mundo o del
otro?». Jesús contestó: «¿Acaso tanto un mundo como el otro, así como todo lo que encierran, no son obra de Dios? Gozad con el corazón agradecido de las cosas que el Señor os da y no preguntéis de donde vienen; y que no os parezca suficientemente maravillosa la aparición de este pescado, pues aún veréis una maravilla mayor». Se dirigió al pez y le dijo: «Vive por la voluntad del Señor», y el pescado empezó a moverse, con lo que los apóstoles, sobrecogidos de espanto, echaron a correr; pero Jesús les volvió a llamar diciendo: «¿Porqué huís ante aquello que deseáis?». Y dijo al pescado: «Que seas como antes eras». Y al punto el pescado quedó asado y en el estado que presentaba al descender del cielo. Los apóstoles rogaron a Jesús que comiera el primero, pero les dijo: «Yo no lo he deseado; que ahora coma de él aquel que lo haya deseado». Como se negaran los apóstoles a comer de él, ya que creían que su petición no estaba exenta de pecado, Jesús llamó a los a muchos ancianos, mudos, enfermos, ciegos y cojos, y les invitó a comer del pescado. Mil trescientos vinieron a comer de este pescado, pero así como un pedazo era cortado, al instante era repuesto, de suerte que el pescado permanecía entero como si nadie lo hubiese tocado. Además, los invitados no tan sólo quedaron saciados, sino que fueron curados de todas sus enfermedades. Los viejos fueron rejuvenecidos, los ciegos recuperaron la vista, los sordos el oído, los mudos la palabra y los cojos sus pies. Cuando los apóstoles vieron estos casos se arrepintieron de no haber comido del pescado.
Cuando por segunda vez, por orden de Jesús, una mesa semejante descendió del cielo, todo el pueblo, ricos y pobres, jóvenes y viejos, sanos y enfermos, acudieron a participar de los manjares de la mesa celeste; lo que duró cuarenta días: al despuntar el alba, la mesa, transportada por unas nubes, descendía en presencia de los hijos de Israel, y antes de ponerse el sol, volvía a elevarse y desaparecer entre las nubes. Sin embargo como mucha gente dudara que realmente hubiese descendido del cielo, Jesús no oró más para que volviera y amenazó a los incrédulos con el castigo del Señor. Pero fue destruida toda duda del corazón de los apóstoles sobre la misión de su Señor, y recorrieron toda Palestina, ya sea solos o acompañándole, predicando la fe en Dios y en Cristo, su profeta, y, en conformidad con la nueva revelación, permitiendo el uso de muchos alimentos que estaban prohibidos a los hijos de Israel.
Pero cuando Jesús quiso enviarles a otros países para enseñar el Evangelio, se excusaron debido a su ignorancia de las lenguas extranjeras. Jesús se quejó ante el Señor de su falta de docilidad, y he aquí al día siguiente habían olvidado su propio lenguaje, y cada uno de ellos solo podía hablar la lengua del pueblo al que Jesús quería enviarlo, por lo que ya no tenían ningún motivo para no cumplir sus órdenes.
Pero mientras que en el extranjero la verdadera fe encontraba muchos partidarios, iba el aumento el odio a Jesús de los hijos de Israel, y sobre todo de los patriarcas y jefes del pueblo, hasta que, finalmente, cuando tenía treinta y tres años, decidieron quitarle la vida. Pero Dios desbarató todas sus artimañas, y lo elevó hacia él en el cielo, mientras que otro, a quien Dios había dotado de un parecido perfecto con Jesús, fue muerto en su lugar.
Las circunstancias de los últimos momentos de este profeta son explicadas de diversas maneras por los sabios espíritus en las tradiciones. En su mayoría cuentan, al respecto, lo siguiente: Los judíos detuvieron a Jesús y sus discípulos la tarde de la fiesta de Pascua y los encerraron juntos en una casa, con la intención de juzgar públicamente a Jesús a la mañana siguiente. Pero Dios le habló de la siguiente manera: «Debes recibir la muerte por mi causa, pero también debes elevarte hacia mí y ser liberado del poder de los infieles». Jesús retuvo su aliento y permaneció durante tres horas como muerto. A la cuarta hora se le apareció el ángel Gabriel y se lo llevó al cielo por una ventana, sin que lo viera nadie. Pero un judío incrédulo, que se había colocado dentro de la casa para vigilar a Jesús, a fin de impedir que se escapara, se le parecía tanto que los mismos apóstoles le tomaron por su profeta; apenas llegado el nuevo día, fue apaleado por los judíos y llevado por las calles de Jerusalén. Todo el pueblo corría detrás de él gritando: «Tú que puedes resucitar a los muertos, ¿por qué no rompes tus ataduras?». Muchos le golpeaban con ramas espinosas, otros le escupían en la cara, hasta que llegó al lugar de las ejecuciones donde fue crucificado, sin que nadie pensase que no era el Cristo.
Pero como María estaba a punto de sucumbir al dolor que le causaba la muerte ignominiosa de su hijo, Jesús, bajando del cielo, de le apareció y le dijo: «No te aflijas a causa de mí, Dios me ha elevado hacia él, y en el día de la resurrección nos reuniremos. Consuela a mis apóstoles y diles que dispongo de un lugar afortunado en el cielo, y que, si son firmes en la fe, obtendrán a su vez un lugar cerca de mí. Cuando se acerque el último día, seré enviado de nuevo sobre la tierra, y mataré al falso profeta Dadjal y al puerco salvaje, que han extendido la impiedad sobre la tierra; comenzará entonces el estado de paz y concordia sobre la tierra, y se verá pastar juntos al cordero y a la hiena. Quemaré entonces el Evangelio falsificado por sacerdotes impíos, así como la cruz adorada como un ídolo; y someteré la tierra entera a la doctrina del profeta Mahoma, que debe ser enviado más tarde».
Después de que hubo hablado, fue de nuevo elevado al cielo en una nube. María vivió unos seis años más, teniendo fe en Dios, en su hijo Jesús y en Mahoma, el profeta del que Jesús, así como Moisés con anterioridad, han anunciado la venida.

viernes, 23 de julio de 2010

TRADICIÓN DE PILATO (Paradosis)




TRADICIÓN DE PILATO
(Paradosis)
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I. Llegó a Roma la carta y fue leída al César en presencia de no pocas personas. Y todas quedaron atónitas al oír que, a causa del delito de Pilato, las tinieblas y el terremoto habían afectado a toda la tierra. Y, montando el César en cólera, envió soldados y ordenó que llevaran preso a Pilato.
II. Conducido que fue a Roma y enterado el César de que había llegado, se sentó éste en el templo de los dioses a la cabeza del senado, acompañado de todo el elemento militar y de la multitud que integraba sus fuerzas. Entonces dio órdenes de que avanzara delante de Pilato y quedara de pie. Y a continuación le dijo: «¿Por qué has tenido la osadía de hacer tales cosas, monstruo de impiedad, después de haber visto prodigios como los que hacía aquel hombre? Por atreverte a cometer tal villanía, has acarreado la ruina a todo el universo».
III. Mas Pilato replicó: «¡Oh emperador!, yo no soy culpable de esto; los incitadores y responsables son la turba de los judíos». César dijo: «¿Y quiénes son éstos?» Respondió Pilato: «Herodes, Arquelao, Filipo, Anás, Caifás y toda la turba de los judíos». Repuso César: «¿Y por qué secundaste tú el propósito de aquéllos?» Dijo Pilato: «Su nación es levantisca e insumisa; no se somete a tu imperio». A lo que replicó César: «Nada más entregártelo debiste ponerlo a buen seguro y enviármelo a mí y no dejarte persuadir por ellos a crucificar a un personaje como éste, que era justo y que hacía prodigios tan buenos como hacías constar en tu relación. Pues señales como éstas bien daban a conocer que Jesús era el Cristo, el rey de los judíos».
IV. Y nada más decir esto César, cuando mencionóel nombre de Cristo, toda la caterva de dioses se desplomó y quedó reducida a una especie de polvareda que ocupó el recinto en que estaba sentado el César acompañado del senado. Y todo el pueblo que estaba en presencia del César, quedó todo amedrentado al oír pronunciar el nombre y ante la caída de aquellos dioses, y, sobrecogidos de temor, se fue cada cual a su casa, llenos de admiración por lo ocurrido. Entonces mandó el César que Pilato fuera sometido a una segura vigilancia, de manera que él pudiera conocer la verdad de lo que concernía a Jesús.
V. Al día siguiente se sentó César en el Capitolio juntamente con el senado en pleno y se propuso de nuevo interrogar a Pilato. Dijo, pues, el César: «Di la verdad, monstruo de impiedad, pues, por la acción impía que llevaste a cabo contra Jesús, tu mala conducta ha venido a ponerse aquí de manifiesto por el hecho de que los dioses se hayan desplomado. Dime, pues, ¿quién es aquel crucificado, ya que su nombre ha traído la perdición incluso de todos los dioses?» Pilato respondió: «Efectivamente, lo que de Él se menciona es verdadero; yo mismo, al ver sus obras, llegué a persudirme de
que aquel personaje era de mayor categoría que todos los dioses que nosotros veneramos». Preguntó entonces el César: «¿Cómo, pues, tuviste la osadía de hacer aquello contra Él, conociéndole como le conocías? ¿O es que maquinabas algún mal contra mi imperio?» Mas Pilato respondió: «Hice esto por la iniquidad y la sublevación de estos judíos si ley y sin Dios».
VI. Encolerizado entonces el César, se puso a deliberar con todo el senado y su ejército. Y mandó escribir un edicto contra los judíos concebido en estos términos: «A Liciano, gobernador de la provincia oriental, salud. He venido en conocimiento del hecho atrevido e ilegal que ha tenido lugar en nuestros tiempos por parte de los judíos que habitan en Jerusalén y las ciudades circunscritas, hasta el punto de que han obligado a Pilato a crucificar a cierto Dios llamado Jesús, crimen tan horrendo, que por él el universo, entenebrecido, iba a ser arrastrado a la ruina. Haz, pues, ánimo de presentarte a ellos con todoa tu premura, bien pertrechado de fuerzas, y declara la esclavitud por el presente edicto. Sé obediente a la consigna de atacarles y desparramarles por el mundo; redúcelos a servidumbre en todas las naciones y, después de expulsar de toda la Judea hasta la reliquia más insignificante de su raza, haz que no aparezca ni esto siquiera, llenos como están de maldad».
VII. Llegando este edicto al Oriente, Liciano obedeció al tenor terrible de la orden y dio al exterminio a la nación entera de los judíos; y a los que quedaron en Judea les echó a la diáspora de las naciones para ser esclavos, de manera que llegó a conocimiento del César lo que había hecho Liciano contra los judíos en Oriente, y le agradó.
VIII. Y el César se dispuso de nuevo a juzgar a Pilato. Luego mandó a un jefe llamado Albio que le cortara la cabeza, diciendo: «De la misma manera que éste levantó su mano contra aquel hombre justo llamado Cristo, de manera semejante caerá éste también sin remisión».
IX. Mas Pilato, cuando hubo llegado al lugar señalado, se puso a orar en silencio de esta manera: «Señor, no me pierdas en compañía de los perversos hebreos, pues yo no hubiera levantado mi mano contra ti si no hubiera sido por el pueblo de los inicuos judíos, pues se rebelaron contra mí; pero tú sabes que obré sin saber. Así, pues, no me pierdas por este pecado, sino sé benigno conmigo, ¡oh Señor!, y con tu sierva Procla, que está a mi lado en esta hora de mi muerte, a quien te dignaste designar como profetisa de tu futura crucifixión. No condenes también a ésta por mi pecado, sino perdónanos y cuéntanos entre la porción de tus escogidos».
X. Y he aquí que, depués de terminar Pilato su oración, vino una voz del cielo que decía: «Bienaventurado te llamarán las generaciones y patrias de las gentes, porque en tu tiempo se cumplieron todas estas cosas que habían sido dichas por los profetas acerca de mí; y tú has de aparecer como testigo en mi segunda venida, cuando vaya a juzgar a las doce tribus de Israel y a los que no han confesado mi nombre». Y sacudió el prefecto la cabeza de Pilato, y he aquí que un ángel del Señor la recibió. Y al ver
Procla, su mujer, al ángel que venía para recibir la cabeza de él, rebosante de alegría, entregó también su espíritu al instante y fue sepultada juntamente con su marido.

EL TAROT DE LOS BOHEMIOS


EL TAROT
DE LOS
BOHEMIOS
Papus


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EL TAROT
DE LOS BOHEMIOS
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Se denomina Tarot a un conjunto de símbolos impresos en láminas o cartas atribuidos al legendario Hermes Trimegisto, y que se emplean comúnmente para la predicción, habiendo llegado hasta nosotros desde lejanísima época por intermedio de los llamados gitanos o bohemios. Esta baraja es para ellos la biblia de las biblias y en un tiempo les facilitó el diario vivir, pues con las mismas decían la buenaventura y eran también un motivo continuo de ocio, puesto que les permitía entretenerse jugando.
El Dr. Gerard Encausse (1866-1916), célebre ocultista que ha firmado sus interesantes escritos con el seudónimo de PAPUS, en este libro nos revela los misterios y secretos del enigmático Tarot, que lo considera como un libro maravilloso que tiene carácter cosmológico, filosófico, iniciático, y adivinatorio, siendo la base sintético-simbólica de todos los pueblos antiguos, pues aunque el hombre común no ve en este conjunto de cartas otra cosa que un simple pasatiempo, los pensadores vuelven a encontrar en ellas la clave de una olvidada tradición esotérica. Este interesante y erudito trabajo está entonces respaldado por el prestigio del expositor, también notable médico y cabalista, quien investigó en las más diversas fuentes y consultó a las más eminentes autoridades en la materia para ofrecernos una obra que ya es clásica dentro del tema.
PRIMERA PARTE
CLAVE GENERAL DEL TAROT
Dando la clave de la Ciencia Oculta
Clave absoluta de la Ciencia Oculta
dada por Guillermo Postel y completada por Eliphas Levi
CAPÍTULO PRIMERO
INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DEL TAROT
Es por lo que hay que abrir el libro y sopesar cuidadosamente cuanto sea deducido. Entonces reconoceréis que la droga contenida en su interior era muy diferente a lo que prometía su estuche; es decir que las materias aquí tratadas no eran tan disparatadas como podría inferirse del título que las encabeza.
RABELAIS.
Próxima muerte del materialismo — La síntesis — La ciencia oculta — Las sociedades secretas — Los cultos — El pueblo, órgano de transmisión del esoterismo — Los bohemios — La palabra sagrada de la masonería — Nuestro trabajo.
Estamos en la víspera de una transformación total de nuestros métodos científicos. El materialismo ha dado cuanto era posible esperar de él y los investigadores, desilusionados en su mayoría, esperan del porvenir lo suficiente como para no descansar por más tiempo sobre los errores del presente. El análisis ha sido llevado, en todas las ramas de nuestros conocimientos, tan lejos como era posible; lo cual no ha hecho más que aumentar la profundidad de los barrancos que separan las ciencias.
La síntesis es necesaria; mas, ¿cómo realizarla? Si nos dignamos abandonar por un instante nuestra creencia en el progreso indefinido y en la superioridad fatal de las nuevas generaciones sobre las antiguas, descubriremos fácilmente que las colosales civilizaciones del pasado tuvieron también una ciencia, universidades y escuelas.
La India y el Egipto están todavía sembradas de restos preciosos, que revelan al arqueólogo la existencia de esta ciencia antigua.
En la actualidad nos hallamos en condiciones para afirmar que la característica dominante de esta enseñanza era la síntesis, la cual reunía en algunas leyes muy simples la suma de todos los conocimientos adquiridos.
Es importante enumerar las causas que nos han hecho perder esta síntesis, casi por completo.
Antiguamente la ciencia era enseñada a ciertas personas apropiadas que habían logrado salir airosas de una serie de pruebas. Esta enseñanza se realizaba en el templo, bajo el nombre de misterios; el sabio tomaba entonces el título de sacerdote o iniciado. La ciencia era otrora secreta u oculta; de aquí el nombre de ciencia oculta, conferida por los contemporáneos a la síntesis antigua.
Otra causa que explica la poca difusión de las elevadas enseñanzas está representada por la falta de medios de transporte y por las extensas rutas que era necesario recorrer para alcanzar los más importantes centros iniciáticos.
Sin embargo cuando los iniciados presintieron que se aproximaba el momento en el cual todos sus conocimientos quedarían definitivamente perdidos para la humanidad, apelaron a todos los medios imaginables para salvar a la síntesis de la destrucción que la amenazaba. Para ello se les ofrecía tres medios principales:
1° Las sociedades secretas, continuación directa de los misterios.
2° Los cultos, expresión simbólica de las elevadas enseñanzas, para el vulgo.
3° Por último, los mismos pueblos, transformados en inconscientes depositarios de la
ciencia.
Veamos qué ha hecho cada grupo del depósito que le fuera confiado.
LAS SOCIEDADES SECRETAS
La escuela de Alejandría constituyó la fuente principal de la que emanaron las sociedades secretas occidentales.
La mayoría de los iniciados se habían refugiado en Oriente, y hace relativamente poco tiempo, fue revelado al Occidente que en la India, y sobre todo en el Tibet, algunas fraternidades ocultas conservaban intacta la síntesis antigua.
Pero la existencia en Oriente de dicha ciencia nos interesa menos que la historia del desarrollo de las sociedades iniciáticas en el Occidente.
Las sectas Gnósticas, los Árabes, los Alquimistas, los Templarios, los Rosacruces y, por último, los Masones, forman la cadena occidental de transmisión de la ciencia oculta.
Una simple ojeada sobre las enseñanzas de estas asociaciones nos permitiría comprobar que la Masonería actual ha perdido casi por completo el sentido de los símbolos tradicionales, que constituía precisamente el depósito que debía transmitir de edad en edad.
Todas las ceremonias del ritual aparecen ridículas al grosero sentido común del abogado o del tendero, vivientes representantes en la hora actual, de las profundas enseñanzas de la antigüedad.
Debemos, no obstante, hacer algunas excepciones en favor de ciertos grandes pensadores, tales como Ragon y algunos otros.
En resumen, la Masonería ha perdido el depósito que le fuera confiado, y, ella sola, no puede darnos la ley sintética que buscamos.
LOS CULTOS
Las sociedades secretas debían ante todo transmitir en su simbolismo el aspecto científico de la iniciación primitiva, en cambio las sectas religiosas debían dar preferencia al lado filosófico y metafísico de la enseñanza.
Todo sacerdote de un culto antiguo era un iniciado, es decir que sabía perfectamente que no existía más que una sola religión y que la diferencia de los cultos respondía a la necesidad de adaptarla al temperamento de cada pueblo en particular.
De lo dicho se desprende una consecuencia importante, y es que el sacerdote de un dios, cualquiera que éste fuera, era honrosamente acogido en el templo de cualquier otro dios e invitado a ofrendarle sacrificio. Sin embargo, sería un lamentable error ver en esto una prueba de politeísmo. El gran sacerdote judío de Jerusalem recibió en el templo a un iniciado, Alejandro el Grande, y lo condujo al sagrado santuario para ofrecer un sacrificio.
Nuestras querellas religiosas por la supremacía de un culto determinado habría hecho reír a un sacerdote iniciado, de la antigüedad, incapaz de concebir que hombres inteligentes puedan ignorar la identidad de religión expresada por todos los cultos.
Semejante sectarismo, defendido por dos cultos ciegos para sus propios errores: los cristianos y los musulmanes, es la causa que motivó la pérdida total de la enseñanza secreta, que daba la clave de la unidad sintética.
Desde luego sería más fácil encontrar la síntesis en la Masonería que en nuestras religiones
occidentales.
Tan sólo los Judíos poseen, si no el sentido, al menos la letra de su tradición oral o cábala. La Biblia escrita en el idioma judío constituye, desde este punto de vista, una verdadera maravilla. Contiene todas las tradiciones ocultas, pero el verdadero sentido de la Biblia no ha sido jamás revelado. Solamente los trabajos de Fabre D' Olivet han dado comienzo a esta tarea prodigiosa y la traducción del Génesis ha sido al fin reconstituida por Saint Yves d'Alueydre en su "Teogonía de los Patriarcas". Los ignorantes descendientes de la inquisición, cuya sede está en Roma, han puesto en el índex estos estudios. El porvenir los juzgará.
No obstante cada culto tiene su tradición, su libro, su Biblia que enseña, a los que entienden, la unidad de ese culto con todos los demás.
El Sepher Bereschit de Moisés es la Biblia judía, el Apocalipsis y el Evangelio Esotérico forman la Biblia cristiana, la Leyenda de Hiram es la Biblia masónica, la Odisea la del pretendido politeísmo griego, la Eneida la de Roma, en fin, los Vedas hindú y el Corán musulmano son demasiado conocidos para hablar de ellos.
Cuando se posee la clave, todas estas biblias revelan una misma doctrina.
Esta llave, que puede abrir el esoterismo, está perdida para los sectarios de nuestros cultos occidentales. Por lo tanto es inútil buscarla entre ellos.
LOS PUEBLOS
Los sabios no se habían hecho muchas ilusiones respecto al porvenir de esta tradición confiada a la inteligencia y virtud de las generaciones futuras.
Moisés había elegido un pueblo para preservar a través de las edades el libro que resumía toda la ciencia del Egipto; pero antes de Moisés, los iniciados hindúes eligieron otro para transmitir a las generaciones venideras la enseñanza primitiva de las grandes civilizaciones de la Atlántida.
El pueblo no ha burlado jamás las esperanzas de aquellos que depositaron en él su buena fe. Ignorando las verdades que posee, no se preocupa de alterarlas en lo más mínimo y considera un sacrilegio el más leve atentado contra su depósito.
Así es como los Judíos nos han transmitido, intactas, todas las letras que forman el Sepher de Moisés. Pero Moisés no resolvió el problema en la forma magistral como lo hicieron los Tibetanos.
Entregar a un pueblo un libro para que lo adore y lo conserve intacto, está bien; pero dar a un pueblo un libro que le ayude a vivir, es todavía mejor.
El pueblo encargado de transmitir, desde la más lejana antigüedad, el conocimiento oculto, es el pueblo bohemio.
LOS BOHEMIOS
Los bohemios poseen una biblia; esta biblia les facilita el diario vivir, pues con ella predican la buenaventura; esta biblia es también un motivo continuo de ocio, puesto que les permite entretenerse jugando.
Sí, ese juego de cartas denominado Tarot, que poseen los bohemios, es la biblia de las biblias. Es el libro de Thot-Hermes-Trismegisto, es el libro de Adán, es el libro de la revelación pri-mitiva de las antiguas civilizaciones.
Cuando el Masón, hombre inteligente y virtuoso, ha perdido la tradición; cuando el sacerdote,
hombre igualmente inteligente y virtuoso, ha perdido su esoterismo; los Bohemios, hombres ignorantes y viciosos, nos dan la clave que nos permitirá explicar todos los simbolismos.
¿Cómo no admirar la sabiduría de estos iniciados que han utilizado el vicio y le han hecho producir, desde el punto de vista del bien, mejores resultados que a la virtud?
Este juego de cartas de los bohemios es un libro maravilloso, como acertadamente lo ha observado Court de Gébelin y sobre todo Vaillant. Este juego, con el nombre de Tarot, Torá, Rota, ha formado sucesivamente la base de la enseñanza sintética de todos los pueblos antiguos.
Allí donde el hombre del pueblo no ve otra cosa que un simple pasatiempo, los pensadores vuelven a encontrar la clave de esta oscura tradición. Raymond Lulle basa su Ars Magna sobre el Tarot y logra reemplazar el cerebro humano con el automatismo de aquél;
Jerome Cardan escribe sobre las claves del Tarot un tratado de la sutilidad; Guillaume Postel halla en el Tarot la llave de las cosas ocultas y Louis Claude de Saint Martin, el filósofo desconocido, ve descriptos en ellos los lazos misteriosos que unen a Dios, el Universo y el Hombre.
Es gracias al Tarot que hallaremos y desarrollaremos esta ley sintética encerrada en todos los simbolismos.
Se acerca la hora en que la palabra perdida será nuevamente hallada: Maestros, Rosacruces y Kadosch, vosotros que formáis el triángulo sagrado de la iniciación, recordad.
Acuérdate MAESTRO, de ese hombre ilustre, asesinado por la más cobarde de las conjuraciones; acuérdate de Hiram del cual esperas con fe la resurrección prometida por la Rama de la Acacia (Hiram-Hermes-Mariah).
Acuérdate ROSACRUZ, de esa palabra misteriosa que has buscado durante tanto tiempo, pero cuyo significado se te oculta todavía.
Acuérdate KADOSCH, del símbolo magnífico que irradiaba en el centro del triángulo luminoso cuando te fue revelada la verdadera significación de la letra "G"
HIRAM-INRI-(IOD-HÉ-VAU-HÉ) encierra idéntico misterio bajo diferentes aspectos.
El que ha comprendido una de estas palabras posee la llave que abre la tumba de Hiram, símbolo de la ciencia sintética de los antiguos; puede abrir esta tumba y penetrar sin temor en el corazón del maestro venerable, símbolo de la enseñanza esotérica.
El Tarot entero está construido sobre esta palabra dispuesta en forma de rueda, ROTA.
INRI es la palabra que os revela la identidad de vuestro origen, o Masones o Católicos.
Igne Natura Renovatur Integra.
lesus Nazareus Rex ludeorum son los polos opuestos, científicos y religiosos, físicos y metafísicos de una idéntica doctrina.
IOD HÉ-VAU-HÉ es la palabra que os señala la unidad de vuestro origen, ¡oh! Masones, ¡oh! Cabalistas. TAROT, TORÁ, ROTA son las palabras que os indican a todos vosotros, orientales y occidentales, la unidad de vuestros deberes y aspiraciones en el Eterno Adán-Eva, fuente de todos nuestros conocimientos y creencias.
Salud, pues, nómades bohemios, a quienes agradecemos la conservación de este maravilloso
instrumento, resumen sintético de toda la enseñanza antigua.
NUESTRO TRABAJO
Comenzaremos por un estudio preliminar respecto a los elementos de la cábala y de los números.
Munido de estos datos, expondremos en todos sus detalles la construcción del Tarot, estudiando por separado cada una de las piezas que componen nuestra máquina, para luego pasar a la acción que cada una ejerce sobre la otra. Seremos en este punto lo más explícitos posible.
A continuación abordaremos algunas aplicaciones de la máquina, pero solamente algunas, dejando al verdadero investigador el cuidado de hallar las demás. Limitaremos nuestro trabajo a una sola clave, constituida por una fórmula sintética; facilitaremos tan sólo la herramienta de trabajo. Aquellos que desean aprender que la utilicen a su sabor, y, con toda seguridad, apreciarán la utilidad de sus esfuerzos y de los nuestros.
Aquellos que suponen que la ciencia oculta no debe ser develada pueden estar tranquilos. La experiencia nos ha demostrado que puede decirse todo sin temor; sólo comprenderán aquellos que deben comprender; los demás tildan a nuestros escritos de oscuros e inin-teligibles.
Hemos advertido a éstos encabezando nuestro trabajo con la leyenda siguiente:
Para el uso exclusivo de los iniciados.
Es una característica de las ciencias ocultas el poder ser comentadas ante cualquiera.
Semejante a las parábolas, tan caras a los antiguos, producen en muchos la impresión de tratarse de simples elucubraciones de una imaginación calenturienta; por lo tanto el temor de hablar es infundado: el Verbo no tocará más que a los predestinados a recibirlo.
Es a todos vosotros, filósofos de la unidad, enemigos del sectarismo científico, social y religioso, a quienes me dirijo; es a vosotros a quienes dedico el precio de varios años de trabajo. Ojalá pueda yo contribuir con esto a la edificación del templo que váis a construir en nombre del Dios Desconocido, del cual emanan todos los otros Dioses en la eternidad.
A la memoria del redactor de la "Iniciación", el Economista JULIÁN LEJAY.
CAPÍTULO SEGUNDO
EL NOMBRE SAGRADO IOD-HE-VAU-HE
La cábala y el nombre sagrado — La iod — La hé — La vau, — La 2a hé — Síntesis del nombre sagrado.
Si debemos creer a la antigua tradición oral o cábala, existe un nombre sagrado que revela, al mortal que descubra la verdadera pronunciación, la clave de todas las ciencias divinas y humanas. Este nombre que los israelitas no pronuncian jamás, y que el gran sacerdote decía una vez al año en medio de los gritos del pueblo profano, es aquel que se halla en la cima de todas las iniciaciones, aquel que irradia en el centro del triángulo resplandeciente correspondiente al grado 33 de la Masonería Escocesa, aquel que se instala sobre el pórtico de nuestras viejas catedrales; está formado por cuatro letras hebreas y se lee: iod-hé-vau-hé.
Se las emplea en el Sepher Bereschit o Génesis de Moisés para designar la divinidad, y su construcción gramatical es tal que recuerda por su misma estructura los atributos conferidos a Dios por los buenos deseos de los hombres.
A continuación veremos que los poderes atribuidos a esta palabra constituyen, hasta cierto punto, una realidad, atento a que abren con facilidad la puerta simbólica del arca que contiene la revelación de toda la ciencia antigua. Por lo tanto nos es indispensable entrar en algunos detalles a dicho respecto.
Esta palabra está formada por cuatro letras, iod, hé, vau, hé. Esta última se halla repetida dos veces.
A cada letra del alfabeto hebraico se le asigna un número. Veamos los que corresponden a las letras que nos ocupan.
La iod = 10
La hé = 5
La vau = 6
El valor numérico total del nombre iod-hé-vau-hé será entonces:
10+5+6+5 = 26
Consideremos por separado cada una de estas letras.
LA IOD
La iod, configurada por una coma y también por un punto, representa el principio de las cosas.
Todas las letras del alfabeto hebreo no son otra cosa que una serie de combinaciones resultantes del arreglo o permutación de la letra iod. El estudio sintético de la naturaleza, había hecho pensar a los antiguos que los fenómenos naturales eran dirigidos por la actuación de una sola ley. Esta ley, base de la analogía, colocaba la unidad-principio en el origen de las cosas y consideraba a las mismas como el reflejo, en grados diversos, de aquella unidad-prin-cipio. Por lo tanto, la iod, formando por sí sola todas las letras y, en consecuencia, todas las palabras y frases, era justamente la imagen y representación de esta unidad-principio, cuyo conocimiento estaba vedado a los profanos.
En consecuencia, la ley que presidió a la creación del idioma de los Hebreos es la misma que presidió a la creación del Universo, y conocer la una es conocer implícitamente la otra. He aquí lo que tiende a demostrar uno de los más antiguos libros de cábala, el Sepher Jesirah.
Antes de continuar, aclaremos mediante un ejemplo la definición que hicimos de la iod. La primera letra del alfabeto Hebreo, aleph, , está formada por cuatro iod opuestas dos a dos. Lo mismo ocurre con todas las demás letras.
El valor numérico de la iod conduce a otras consideraciones. La UNIDAD-PRINCIPIO, según la doctrina de los cabalistas, es también la UNIDAD-FIN de los seres y de las cosas, y la eternidad no es, desde este punto de vista, más que un eterno presente. Por esto los antiguos simbolistas (symbolistes) han expresado esta idea mediante un punto en el centro de un círculo; representando la unidad-principio por la circunferencia, línea sin comienzo ni fin.
Según esto, la unidad expresa la suma de todos los seres creados, los cuales representan sus partes constitutivas; lo mismo que la unidad-hombre está formada por la suma de los miles de millones de células que constituyen su ser.
En el origen de todas las cosas, la cábala sitúa la afirmación absoluta del ser por sí mismo, del ser-unidad, cuya representación simbólica es la iod, y el número 10 como expresión numérica. Este número (10) representando la unión del principio-todo (1) a la nada-ninguno (0) se adapta perfectamente a las condiciones exigidas.
LA HE
Mas el Yo no puede concebirse sino como opuesto al No Yo. Apenas nos afirmamos como tal Yo, nos vemos en la obligación de aceptar idéntica afirmación de parte del YO-ABSOLUTO, de lo cual inferimos la noción de su existencia.
Este es el origen de la "dualidad", de la oposición, del Binario —imagen de la femineidad—, así como la unidad es la imagen de la masculinidad.
Diez, dividiéndose para oponerse a sí mismo, da cinco (5), número exacto de la letra "hé" —segunda del gran nombre sagrado.
La "hé" representará así el "pasivo" referido a la "iod", que simbolizará el "activo"; el "no yo" referido al "yo"; la "mujer" en relación al "hombre"; la "sustancia" en relación a la "esencia"; la "vida" con referencia al "alma", etcétera.
LA VAU
Mas la oposición del Yo al No Yo produce un nuevo factor, la relación entre el Yo y el No Yo.
Luego, la "vau", sexta letra del alfabeto hebreo, generada por 10 (iod) + 5 (hé) = 15 = 1 + 5 = 6, representa un "corchete" y también una "relación"; es el corchete que reúne los opuestos en la naturaleza, constituyendo el tercer término de esta trinidad:
Yo _________ No Yo
Relación del Yo con el No Yo
LA SEGUNDA HE
Más allá de la trinidad, considerada como ley, nada puede existir.
La trinidad es la fórmula sintética y absoluta que comprende todas las ciencias. Esta fórmula, cuyo valor científico parecía ya olvidado, nos ha sido transmitida íntegramente por todas las religiones (depositarias inconscientes de la CIENCIA-SABIDURÍA de las primitivas civilizaciones).
Es debido a esto que el nombre sagrado está constituido tan sólo por tres letras. El cuarto término se halla compuesto por la repetición de la letra "hé"
Esta repetición señala el tránsito de la ley Ternaria a una nueva aplicación, podríamos decir: la transición del mundo metafísico al mundo físico, y, en términos generales, de un mundo cualquiera a su inmediato subsecuente.
El conocimiento de esta propiedad, que caracteriza a la segunda "hé", es la clave de aplicación del nombre divino. En lo que sigue presentaremos la prueba de esta afirmación.
RESUMEN SOBRE EL NOMBRE IOD-HE-VAU-HE
Conociendo el valor de cada uno de los términos que comprende el nombre sagrado, hagamos la síntesis y totalicemos los resultados obtenidos.
El nombre "iod-hé-vau-hé" está formado por cuatro letras, significando cada una de ellas:
La "iod": El principio activo por excelencia.
El yo = 10.
La "hé"; El principio pasivo por excelencia.
El no yo = 5.
La "vau": El término medio, el corchete que reúne el activo con el pasivo, la relación del Yo con el No Yo = 6.
Estos tres términos expresan la ley ternaria del ABSOLUTO. La "2a hé": La que determina el paso de un mundo a otro, expresa la transición.
Esta segunda "hé" representa al ser total, encerrando en una unidad absoluta los tres términos que lo constituyen: YO-NO YO-RELACIÓN; el paso del noumeno al fenómeno y, recíprocamente, el paso de una gama a otra gama. Es la semilla que contiene en germen al futuro árbol.
REPRESENTACIÓN DEL NOMBRE SAGRADO
El nombre "iod-hé-vau-hé" puede representarse de muchas maneras, cualquiera de ellas nos demostrará su utilidad. Por ejemplo, en forma de círculo:
Mas como la segunda "hé", término de transición, resulta la entidad activa de la gama siguiente, es decir: como la 2a "hé" representa en realidad una "iod" en germen, se puede escribir el nombre sagrado colocando la 2a "hé" debajo de la primera "iod", del siguiente modo:
10 5 6
iod 1° hé vau
2° hé
5
Una tercera manera de escribir el nombre sagrado sería sintetizando en la 2a "hé" la trinidad "iod-hé-vau-hé".
Abandonemos por ahora estas consideraciones, sobre las cuales volveremos más tarde, y hablemos un poco de la concepción pitagórica de los números.
CAPÍTULO TERCERO
EL ESOTERISMO DE LOS NÚMEROS
Los números y las operaciones teosóficas — Significado de los números.
LOS NÚMEROS
El concepto que se tenía de los números en la antigüedad es casi desconocido en nuestros días.
Considerando que la unidad es el término constante que interviene en la formación de la cantidad, cualquiera que ésta sea, los antiguos veían en el número la expresión de leyes absolutas. De aquí la veneración por el número 3 y el 4, perfectamente incomprensible para nuestros matemáticos.
Es evidente que si los antiguos no hubieran conocido otras operaciones numéricas que las usadas en nuestros días carecerían de explicación las ideas enseñadas en las universidades de la India, de Egipto y de Grecia.
¿Cuáles son, pues, estas operaciones, desconocidas por nuestros sabios?
Dos: la reducción y la adición teosófica.
Estas operaciones se dicen teosóficas, porque nos introducen en el mundo de las "leyes esenciales" de la naturaleza.
Estas enseñanzas formaban la base de la instrucción secreta y oral que se trasmitía a determinadas personas predispuestas, y se les daba el nombre característico de "Esoterismo".
1° REDUCCIÓN TEOSÓFICA
La reducción teosófica consiste en reducir a un solo dígito las cifras que entran en la composición de un número dado, tal como se verá en los ejemplos siguientes:
10 = 1 + O = 1
11 = 1 + 1 = 2
12 = 1 + 2 = 3
126 =1+2+6=9
2488 =2+4+8=22=2+2=4
Estas operaciones corresponden a lo que llamamos hoy "la prueba del nueve".
2° ADICIÓN TEOSÓFICA
La adición teosófica consiste en sumar aritméticamente la serie natural de los números, comenzando por la unidad, hasta incluir el número propuesto. Por ejemplo, el número 4 será igual a:
1+2+3+4=10
El número 7 igual a 1+2+3+4+5+6+7= 28 igual 2 + 8 = 10.
El 12 igual a 1+2+3+4+5+6+7+8+9+10+11+12 = 78.
Reducción y adición teosóficas son las dos operaciones que deben dominarse para comprender la antigüedad.
Apliquemos estos procedimientos a cualquier número, para descubrir la ley que rige su progresión.
La reducción teosófica nos muestra inmediatamente que todos los números se reducen a los nueve primeros dígitos de la serie natural.
Mas esta consideración no es todavía suficiente; una observación más atenta nos traerá nuevas luces.
Tenemos que los números 1, 4, 7 y 10 son iguales a 1 puesto que 1=1.
4=1+2+3+4=1
7=1+2+3+4+5+6+7= 28 =2+8= 10 =1
10=1
De manera que el dígito 1 se reproduce después de la serie de cada tres, esto es:
1. 2. 3. 4. 5. 6.
4 = 10 = 1 7 = 28 = 10 = 1
Se podría escribir, por lo tanto:
1. 2. 3.
(1)
4. 5. 6.
(1) etc.
De la precedente consideración, resulta:
1°, que todos los números reproducen, en su evolución, los cuatro primeros;
29, que el último número de los cuatro considerados, esto es el N9 4, representará la unidad en una octava diferente.
La serie de los números puede entonces escribirse así:
1. 2. 3. 13. 14. 15.
4. 5. 6. 16. 17. 18.
7. 8. 9. 19. etc.
10. 11. 12.
Observemos que los números 4, 7, 10, 13, 16, 19, etc., representan diferentes concepciones de la unidad, tal como lo prueba la adición y reducción teosófica de los mismos.
1=1
4=1+2+3+4= 10 =1
7=1+2+3+4+5+6+7=
28=2+8= 10 =1
10 = 1
13 =4=1+2+3+4= 10 =1
16=7=1+2+3+4+5+6+7=28+10=1
19 = 10 = 1 etc., etc.
Se comprueba entonces que después de cada tres cifras la serie vuelve bruscamente a la unidad, mientras que lo hace en forma progresiva entre las dos intermediarias.
Repitamos una vez más que el conocimiento y el estudio de las leyes que rigen las cantidades, en la forma que acabamos de hacerlo, nos da la clave de las ciencias ocultas.
Resumiendo: todas las cantidades pueden ser reducidas a la serie de los cuatro primeros dígitos, dispuestos en el orden siguiente:
1. 2. 3.
4.
Valor de los doce primeros números que da la clave de la cifra (78) correspondiente a las cartas del Tarot:
1 = 1
2 = 1 + 2 = 3
3 = 1 + 2 + 3 = 6
4 = 1 + 2 + 3 + 4 = 10
5 = 1 + 2 + 3 + 4 + = 15
6 = 1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 6 = 21
7 = 1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 6 + 7 = 28
8 = 1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 6 + 7 + 8 = 36
9 = 1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 6 + 7 + 8 + 9 = 45
10 = 1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 6 + 7 + 8 + 9 + 10 = 55
11 = 1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 6 + 7 + 8 + 9 + 10 + 11 = 66
12 = 1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 6 + 7 + 8 + 9 + 10 + 11 + 12 = 78
SIGNIFICADO DE LOS NÚMEROS
Sin embargo no se detienen aquí las enseñanzas de la ciencia antigua sobre los números, todavía se les atribuía un significado personal; y como hemos reducido a los cuatro primeros la serie de todos los números, nos bastará conocer el atribuido a cada uno de aquellos cuatro. La unidad representa el principio creador de los números, puesto que todo emana de ella. Es el principio activo por excelencia.
Mas la unidad sola nada puede producir, salvo oponiéndose a sí misma (1 + ) de aquí nace la dualidad representada por el dos (principio pasivo por excelencia).
De la unión de la unidad y de la dualidad nace el tercer principio, que reúne los dos opuestos en una común neutralidad:
1 + 2 = 3
Tres representa, por lo tanto, el principio neutro por excelencia.
Pero estos tres principios se reúnen en el cuarto, el cual vendrá a ser un nuevo aspecto de la unidad, en carácter de "principio activo".
La ley que rige estos principios será entonces la siguiente:
Unidad o vuelta a la Oposición, Acción de la oposición
unidad Antagonismo sobre la unidad
_____________________________________________________________
Activo Pasivo Neutro
1 2 3
Activo Etc.
4
A la memoria de Georges Montiere.
CAPÍTULO CUARTO
EL NOMBRE SAGRADO Y LOS NÚMEROS
La serie cabalística y la serie numérica — Definición de la "Tetractis" de Pitágoras — Configuración de la ley general.
LOS NÚMEROS Y LOS NOMBRES CABALÍSTICOS
Hemos dicho que la serie de los números 1, 2, 3 y 4 representa respectivamente el activo, el pasivo, el neutro y un nuevo activo; por lo tanto corresponde, perfectamente a la serie de letras que conforman el nombre sagrado, el cual puede escribirse así:
iod — hé — vau
2a hé = iod, etc.
lo cual demuestra analógicamente, que:
1 representa a iod
2 „ „ hé
3 „ „ vau
4 „ „ la 2a hé
Esta correspondencia queda demostrada por la identidad de acción del 4 que vuelve a la unidad (4 = 10 = 1) y de la 2° hé que representa la iod de la serie siguiente.
Comparando las dos series obtendremos el esquema siguientes
“Serie Cabalística” “Serie numérica”
iod 1
hé 2° hé 2 4
vau 3
"IDENTIDAD DE AMBAS SERIES"
Estamos ahora en condiciones de comprender por qué Pitágoras, iniciado del Egipto en lo referente al misterio del nombre sagrado "iod-hé-vau-hé", reemplaza a éste con la serie de los cuatro primeros números o "tetractis" en sus enseñanzas esotéricas.
Tal serie de números corresponde, punto por punto, a la serie de letras del nombre sagrado; es decir que 1, 2, 3, 4 equivale en su orden a "iod-hé-vau-hé".
La serie de los números y la de las letras guardará entonces las siguientes correspondencias:
Un término positivo y generador: La "iod" o el 1.
Un término negativo y generante: La "hé" o el 2.
Un término neutro o generado, resultado de los dos anteriores: La "vau" o el 3.
Un término de transición que se individualiza en la serie siguiente: La "2a hé" o el 4.
Con estos datos preliminares, absolutamente indispensables, utilizaremos nuestro juego de cartas o Tarot, para comprobar la ley universal:
iod
hé hé
vau
simbolizado antiguamente por la cruz.
Al doctor Goyard.
CAPÍTULO QUINTO
LA LLAVE DE LOS ARCANOS MENORES
Constitución del Tarot — Estudio de un color — Las cuatro figuras — Los diez números — Relación de las figuras y de los números — Estudio de los cuatro colores — Descripción de los arcanos menores.
El Tarot se compone de 78 láminas divididas del siguiente modo:
56 láminas denominadas arcanos "menores".
22 láminas denominadas arcanos "mayores".
Los 56 arcanos menores están formados por 4 series de 14 láminas cada una.
Los 22 arcanos mayores están formados por 21 láminas numeradas y una sin número.
Para que el estudio del Tarot resulte más conveniente tendremos que dividirlo en grupos o paquetes, del siguiente modo:
4 paquetes de 14 láminas = 56
1 paquete de 21 láminas = 21
1 paquete de 1 lámina = 1
Total: 78
Ya volveremos sobre esta maravillosa concepción del espíritu humano. Por el momento nos limitaremos a "disecar" la máquina para mostrar su misterioso funcionamiento.
Partiendo de un principio fijo e inmutable: la constitución del tetragrama sagrado "iod-hé-vau-hé", es posible desarrollar las más variadas combinaciones sin apartarse jamás de su base. Esta construcción asombrosa, que confirma por sus aplicaciones la ley universal de la analogía, es precisamente lo que vamos a revelar.
Los desarrollos que haremos podrán resultar áridos para ciertas personas; pero si éstas tienen en cuenta que les estamos proporcionando una llave casi infalible de las ciencias antiguas u ocultas, comprenderán que es mediante su uso cómo lograrán abrir la puerta del arca santa.
ESTUDIO DE UN COLOR
Separemos un paquete de 14 láminas para estudiar su construcción:
Este paquete considerado en conjunto, corresponderá a uno cualquiera de los colores que caracterizan nuestras cartas comunes. Las correspondencias o equivalencias entre las láminas que componen cada paquete y los colores de las cartas es la siguiente:
Los "bastos" del Tarot equivalen a los "tréboles"
Las "copas" del Tarot equivalen a los "corazones"
Las "espadas" del Tarot equivalen a los "piques"
Los "oros" del Tarot equivalen a los "rombos"
Supongamos que el paquete elegido sea el de los bastos, observaremos que está formado por cuatro figuras: el rey, la dama, el caballero, el valet y además 10 láminas, caracterizadas cada una por un número: el 1 o as, luego el 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 y finalmente el 10.
LAS CUATRO FIGURAS
Veamos ahora las cuatro figuras.
El rey representa el activo, el hombre, el macho.
La dama el pasivo, la mujer, la hembra.
El caballero el neutro, el adolescente.
Tarot de Papus
Arcanos menores - Los Bastos
Tarot de Papus
Arcanos menores - Las Copas
Tarot de Papus
Arcanos menores - Las Espadas
Tarot de Papus
Arcanos menores - Los Oros
Por último el valet representa el 4° término de esta serie, la que podremos escribir así:
Rey
Dama Valet
Caballero
Esta serie no es otra cosa que una aplicación de la ley general "iod-hé-vau-hé", que conocemos bien y cuyas relaciones son fáciles de establecer.
Rey
o iod
Dama Valet
O 1° hé o 2° hé
Caballero
o Vau
El valet corresponde entonces a la 2a hé, es decir que representa un término de transición; mas. ¿transición entre qué?
Entre las cuatro figuras y los diez números siguientes.
LOS DIEZ NÚMEROS
Ocupémonos ahora de estos números. Conocemos ya "la ley" de los números o ley de las series, la que hemos enunciado del siguiente modo
1—2—3
4—5—6
7—8—9
10 — etc.
Las 10 láminas están regidas por la misma ley, en consecuencia las podemos ordenar según la serie estudiada.
La primera serie estará formada por el As, que representará el activo, el 2 que representará el pasivo, el 3 que representará el neutro y por último el 4 que representará la transición de una serie a la que le sigue, 1, 2, 3, 4, corresponden entonces a iod-hé-vau-hé, lo cual puede escribirse así:
Es lo que ocurrirá con las otras series de números, la 2a hé de la serie precedente se transformará en la iod de la serie siguiente: así 4, cuarto término de la primera serie, será el primer término de la segunda; 7, cuarto término de la segunda, será el primer término de la tercera, tal como lo dejamos descripto en lo que sigue:
As
o iod
Dos Cuatro
O 1° hé o 2° hé
Tres
o Vau
LA SERIE DE LOS NÚMEROS
Observemos que se aplica a estas series, la misma ley "iod-hé-vau-hé". Como esta ley rige igualmente para las cuatro figuras, podemos realizar una aproximación basada en la proposición siguiente:
Dos términos (los números y las figuras) iguales a un tercero (la ley "iod-hé-vau-hé") son iguales entre sí.
LA SERIE EN UN COLOR
Rey
Dama Valet
Caballero
1 4 7
2 4 5 7 8 10
3 6 9
Si ahora agrupamos todos los números de las series de acuerdo a las letras del tetragrama a que se refieren, encontraremos que:
1—4—7 Representarán la iod
2—5—8 Representarán la hé
3—6—9 Representarán la vau
10 Representará la 2a hé
(1, 4, 7)
iod
(2, 5, 8) hé 2° hé (10)
vau
(3, 6, 9)
El 10, por lo tanto, es para los números lo que el valet es para las figuras, es decir que sirve de transición. ¿Entre qué?
Entre un color y otro.
RELACIONES ENTRE LAS FIGURAS Y LOS NÚMEROS
Hemos considerado las figuras solas, después los números solos. Veamos ahora las relaciones entre las figuras y los números.
Si agrupamos los términos semejantes según la ley única que los rige, hallaremos lo que sigue:
El Rey es la iod de 1, 4, 7,
La Dama es la hé de 2, 5, 8,
El Caballero es la vau de 3, 6, 9,
El Valet es la hé de 10.
La serie de las figuras está reproducida tres veces en la serie de los números, es decir que cada serie de números representa una concepción de las figuras en cada uno de los tres mundos cabalísticos.
La serie 1, 2, 3, 4 representa la emanación de la serie Rey, Dama, Caballero, Valet, en el mundo divino.
La serie 4, 5, 6, 7 representa esa misma evolución en el mundo humano.
La serie 7, 8, 9, 10 representa la evolución en el mundo material.
Cada color es un todo completo formado a la manera de los seres.
Un cuerpo material:
(Caballero—7, 8, 9)
Una fuerza vital:
(Dama—4, 5, 6)
Una intelectual:
(Rey-1.2, 3)
Órganos reproductores:
(Valet—10)
Cada una de estas partes se subdivide a su vez en otras tres, como lo indican los números.
Volvamos sin embargo a nuestra deducción y totalizando los resultados obtenidos encontraremos:
Representan la iod:
El Rey
El 1 o el As
El 4 El 7
Representan la hé:
La Dama
El 2 El 5 El 8
Representan la vau:
El Caballo El 3 El 6 El 9
Representando la 2a hé:
El Valet El 10
REPRESENTACIÓN DE UN COLOR
REY
Cabeza -Espiritualidad Mundo Divino
DAMA
Pecho-Vitalidad Mundo Humano
CABALLERO
Cuerpo-Materialidad Mundo Material
VALET
Transición de un ser Transición de un
a otro-Generación mundo a otro
ESTUDIO DE LOS CUATRO COLORES
Con estos antecedentes continuemos nuestro estudio y apliquemos los mismos principios a las otras láminas.
Las leyes que acabamos de determinar para la constitución de un color se aplican del mismo modo a los otros tres.
Si consideramos ahora los cuatro colores del Tarot, resultarán nuevas deducciones. Recordemos que esos cuatro colores son: los Bastos, las Copas, las Espadas y los Oros.
El Basto representa el macho o el activo.
La Copa es la imagen del pasivo o de la femineidad.
La Espada representa la unión de ambos en su forma crucial.
Por último, el Oro representa la segunda hé.
Todos los autores que han estudiado el aspecto filosófico del Tarot reconocen unánimemente la correspondencia entre el tetragrama y los cuatro colores. Guillermo Postel, y sobre todo Eliphas Levi, han desarrollado estos estudios con provecho y nos muestran las cuatro letras del tetragrama aplicadas al simbolismo de todos los cultos.
Citemos de paso las correspondencias de estas letras con los símbolos de la religión cristiana.
La iod o Bastos del Tarot, representa la cruz episcopal.
La 1a hé o Copas, el cáliz.
La vau o Espadas, la cruz, que afecta la misma forma.
La 2a hé u Oros, la hostia; transición del mundo natural al mundo sobrenatural.
La serie que acabamos de estudiar en un solo color, se corresponde por igual a los cuatro colores tomados en su conjunto, así:
Bastos
o iod
Copas Oros
O 1° hé o 2° hé
Espadas
o Vau
OJEADA DE CONJUNTO SOBRE LOS ARCANOS MENORES
Si repasamos lo dicho hasta aquí nos hallaremos en condiciones de juzgar el camino andado.
Los cuatro colores, considerados globalmente, nos han enseñado la aplicación de la ley "iod-hé-vau-hé".
Mas en cada color tomado separadamente, hemos constatado que la ley se cumple regularmente.
Las cuatro figuras representan a "iod-hé-vau-hé". Como así también las cuatro series de los números.
Reunamos entonces las láminas según sus mutuas relaciones y obtendremos los siguientes resultados:
Los 4 Reyes
Los 4 Ases = iod
Los 4 Cuatros
Los 4 Sietes
Las 4 Damas
Los 4 Dos = hé
Los 4 Cincos
Los 4 Ochos
Los 4 Caballeros
Los 4 Tres = vau
Los 4 Seis
Los 4 Nueves
Los 4 Valets = hé
Los 4 Diez
Si ahora Queremos representar este conjunto mediante una figura sintética, escribiremos el nombre sagrado en el centro de un círculo dividido en cuatro partes,
cada una de las cuales corresponderá a las letras "iod-hé-vau-hé". De cada una de estas partes irradiarán correspondencias del tetragrama a cada una de las láminas. He aquí esta figura:
Esquema General de los Arcanos Menores - Disposición en serie
Las figuras son a los colores lo que los números son a las figuras.
Los números reproducen en los tres mundos la serie de las figuras; así también las figuras reproducen la serie de los colores:
Bastos, Copas, Espadas y Oros.
Los Bastos son la iod de los 4 Reyes. Las Copas la hé de las 4 Damas. Las Espadas la vau de los 4 Caballeros. Los Oros la hé de los 4 Valets.
Así como cada color representa un conjunto formado de cuerpo, alma y espíritu o fuerza vital; así también los 4 colores representan un conjunto formado del siguiente modo:
Cuerpo material de los arcanos menores:
Los 4 Caballeros
Los 4 Sietes
Los 4 Ochos
Los 4 Nueves
Cuerpo vital de los arcanos menores:
Las 4 Damas
Los 4 Cuatros
Los 4 Cincos
Los 4 Seis
Cuerpo intelectual:
Los 4 Reyes
Los 4 Ases
Los 4 Dos
Los 4 Tres
Órganos reproductores:
Los 4 Valets
Los 4 Diez
Mostramos tan sólo estas relaciones, por demás instructivas, pues su análisis completo nos llevaría demasiado lejos.
Damos estas indicaciones con el fin de mostrar los métodos usados por la "analogía", característicos de las ciencias ocultas, respecto de los cuales nos hemos extendido bastante en otras obras anteriores.
Si comparamos ahora nuestro último diagrama con el primero (el cual no abarcaba más que un solo color) estaremos en condiciones de mostrar cómo la ley que ha regido su confección es la misma en ambos casos; lo único que varía son sus mutuas aplicaciones.
Es así como las células del cuerpo humano se agrupan para formar los órganos, los órganos para formar los aparatos y éstos para formar el individuo.
De cuanto precede hemos deducido la siguiente conclusión:
El Oro corresponde a la segunda hé e indica una transición.
¿Entre qué? Entre los arcanos menores y los arcanos mayores.
A la memoria del autor de la "REVANCHA DE LAS BESTIAS"
CAPÍTULO SEXTO
LA CLAVE DE LOS ARCANOS MAYORES
Arcanos mayores — 1° ternario — 2° ternario — 1° septenario — 2° septenario — Los tres septenarios y el ternario de transición.
LOS ARCANOS MAYORES
La diferencia fundamental entre los arcanos menores y los arcanos mayores consiste en que, mientras en éstos se reúnen los números a las figuras, en aquéllos se hallan separados.
Los arcanos mayores suman en total 22 láminas, de las cuales una lleva el número cero; por lo tanto, los grandes arcanos o arcanos mayores suman 21 en realidad.
La mayoría de los autores que se han ocupado del Tarot han considerado tan sólo estas 22 láminas, sin tener en cuenta las 56 restantes, que sin embargo nos dan la clave general del sistema.
Mas dejaremos estas disgresiones para abordar de inmediato la aplicación de la ley "iod-hé-vau-hé" a esta parte del Tarot.
La más simple reflexión nos sugiere la idea que deben existir en los arcanos mayores las mismas series que hemos hallado en los arcanos menores. Mas ¿cómo determinar la magnitud de estas series?
Cada uno de los arcanos menores llevaba un símbolo, fácil de referir al conjunto (Bastos, Copas, Espadas y Oros); pero el caso aquí es distinto. Cada lámina representa un símbolo diferente. Por lo tanto no será el simbolismo lo que pueda guiarnos, al menos por el
momento.
Además del símbolo, cada lámina traduce una idea. La idea resulta ya una guía mejor, por lo menos es más fácil de clasificar que el símbolo; pero esta guía no ofrece todavía las garantías necesarias, pues se prestará a diversas interpretaciones. Por otra parte, la idea es consecuencia de la acción del símbolo sobre el otro término expresado por la lámina: el número.
El número, he aquí por cierto el elemento más positivo, el más fácil de seguir en su evolución. Será entonces el número el que nos guiará; será con su ayuda que descubriremos los otros dos términos.
Recordemos la exposición que hiciéramos sobre los números. Con su ayuda hallaremos fácilmente las series de los arcanos mayores.
Pero antes hagamos una advertencia: Las series que enumeraremos serán las más generales de todas, mas no las únicas.
Esto dicho, consideraremos los cuatro primeros arcanos.
Los números 1, 2, 3 y 4 determinan de inmediato la clasificación que deberemos adoptar y la naturaleza de sus términos:
1 corresponde a iod y es por lo tanto "activo".
2 corresponde a hé y es por lo tanto "pasivo".
3 corresponde a vau y es por lo tanto "neutro".
4 corresponde a hé e indica la transición.
Este último arcano, el 4, corresponde al Valet y al 10 de los arcanos menores, por lo tanto constituirá la "iod" de la serie siguiente.
Si deseamos esquematizar el primer ternario, 1, 2, 3, podremos hacerlo así:
El término activo (1) se halla en el vértice superior del triángulo, los otros dos en los vértices de la base.
Este mismo ternario puede también dibujarse según sus relaciones con "iod-hé-vau-hé":
1
iod
2 hé 2° hé 4
vau
3
SEGUNDO TERNARIO
Hemos dicho que el "4" se transformaba en la iod o término activo de la serie siguiente.
Esto se realiza según las correspondencias siguientes:
4
iod
5 hé 2° hé 7
vau
6
El 4, representado por la iod, obrará en presencia del 5 y el 6, del mismo modo como el 1 obra en presencia del 2 y el 3; en consecuencia obtendremos un nuevo ternario:
El 7 actúa aquí del mismo modo como actuaba antes el 4; lo mismo ocurrirá con todas las series de los arcanos.
PRIMER SEPTENARIO
La aplicación de una misma ley a términos bastante diferentes nos ha conducido hasta aquí; no abandonemos este procedimiento y digamos:
Si en un ternario existe un término activo = iod, un término pasivo = hé, y un término neutro = vau, ¿por qué no habría de ocurrir lo mismo con los ternarios tomados en conjunto?
El primer ternario corresponderá entonces a iod, término activo; el segundo ternario corresponderá a hé, término pasivo; y el tercer ternario corresponderá a vau, término neutro, resultado de 1; acción del primer ternario sobre el segundo.
Representemos todo esto:
El 7 constituirá entonces el elemento de transición entre un septenario y el que le sigue.Si ahora fijamos las relaciones de este primer septenario o "iod-hé-vau-hé", obtendremos:
(1-4)
iod
(2-5) hé 2° hé (7)
vau
(3-6)
De paso hagamos resaltar una observación importante: el 4 no es otra cosa que el 1 considerado negativamente, del mismo modo que el 5 es el negativo de 2 y el 6 el negativo de 3. Por lo tanto se trata siempre de un mismo número considerado en diversos aspectos.
Hemos pues determinado un primer septenario formado por la oposición de dos ternarios.
También hemos visto reproducir en este septenario la ley "iod-hé-vau-hé".
SEGUNDO SEPTENARIO
Lo que es verdadero para el primer ternario debe serlo también para los demás, continuando con el procedimiento propuesto obtendremos un segundo septenario así formado:
Ternario Positivo Ternario Negativo
Los dos ternarios, positivo y negativo, se equilibrarán para dar nacimiento al segundo y a su término de transición 13. Así:
Mas si dos ternarios obran respectivamente como positivo y negativo, no ocurrirá lo mismo con los dos septenarios.
El primer septenario, considerado en conjunto, será entonces positivo
con relación al segundo, el cual será negativo respecto del primero.
El primer septenario corresponde a iod y el segundo a hé.
TERCER SEPTENARIO
El tercer septenario está formado del siguiente modo:
(13-16)
iod
(14-17) hé hé (19)
vau
(15-18)
Si el primer septenario es positivo y el segundo negativo, el tercero será neutro y corresponderá a vau.
Tendremos en definitiva:
1° Un septenario positivo = iod
2° Un septenario negativo = hé
3° Un septenario neutro = vau
Sin embargo cada septenario nos ofrece un término común con el septenario precedente y común también con el siguiente. Luego el 7 es el séptimo término del primer septenario y el primer término del segundo; el 13 es el último término del segundo septenario y el primer término del tercero, etcétera.
Resulta de lo dicho que existen tres términos para clasificar:
19, 20, 21.
Estos tres términos forman el último ternario, ternario de transición entre los arcanos mayores y los menores, ternario correspondiente a la 2° hé, y que puede ser representado así:
La última lámina, que debería llevar el No 22 según la correspondencia hebraica, cierra el Tarot con una maravillosa figura que traduce su íntima constitución, para quien sepa comprenderla. Ya volveremos sobre esto.
(19)
iod
(20) hé hé (0)
vau
(21)
En definitiva, la gran ley está representada en los arcanos mayores, del siguiente modo.
DIOS
EL HOMBRE
LA NATURALEZA
El primer septenario corresponde al Mundo Divino, es decir Dios.
El segundo al hombre.
El tercero a la Naturaleza.
Y el último ternario indica el tránsito del mundo creador y providencial, al mundo creado y fatal.
Este ternario establece la relación entre los arcanos mayores y los arcanos menores.
A la memoria del autor de "Dios y la Creación", René Caillie.
CAPÍTULO VII
RELACIONES ENTRE LOS ARCANOS MAYORES Y LOS MENORES
RELACIONES GENERALES CLAVE DEL TAROT
Predominio del primer septenario — Relaciones del segundo septenario en el Tarot, lámina por lámina — Relaciones Generales — Relaciones de iod, de hé, de vau, de la 2° hé — Gráfico general que da la clave del Tarot — Confección del Tarot móvil o rotatorio (Rota).
De un lado los Oros, del otro el ternario de transición, establecen la relación entre los arcanos mayores y los arcanos menores.
Esta relación se resume en la más general de las cuatro letras del tetragrama.
El primer septenario corresponde a iod y gobierna todas las correspondencias de esta letra en la serie menor, es decir: Los 4 Reyes, los 4 Ases, los 4 Cuatros y los 4 Sietes.
Cada elemento del septenario gobierna términos diferentes; así:
PRIMER SEPTENARIO
Los arcanos 1 y 4 gobiernan: Rey, 1, 4, 7 de Bastos
Los arcanos 2 y 5 gobiernan: Rey, 1, 4, 7 de Copas
Los arcanos 3 y 6 gobiernan: Rey, 1, 4, 7 de Espadas
El arcano 7 gobierna: Rey, 1, 4, 7 de Oros
Además: El arcano N° 1 gobierna especialmente los términos positivos de la serie, es decir:
Arcano 1 (+) El Rey de iod o de Bastos (+)
El Rey de vau o de Espadas (—)
El arcano 4 gobierna particularmente los términos negativos de la serie:
Arcano 4 (-) El Rey de hé o de Copas (+) 4 (—)
El Rey de 2° hé o de Oros (—)
Aplicando la misma ley a los demás arcanos, hallaremos:
Arcano As de iod (+) Bastos
2 (+) As de vau (—) Espadas
Arcano As de hé (+) Copas
5 (—) As de hé (—) Oros
Arcano 4 de Bastos (+)
3 (+) 4 de Espadas (—)
Arcano 4 de Copas (+)
6 (—) 4 de Oros (—)
Arcano Todos los términos transitivos
7(∞) 7 (∞)
SEGUNDO SEPTENARIO
El segundo septenario corresponde a hé y gobierna todas las correspondencias de la primera hé en la serie menor, es decir:
Las 4 Damas
Los 4 Dos
Los 4 Cincos
Los 4 Ochos.
Cada elemento de este segundo septenario tiene las siguientes denominaciones:
Arcano Dama de Bastos (+) Arcano Dama de Oros (-)
7(+) Dama de Espadas (-) 10 (-) Dama de Copas (+)
Arcano Dama de Bastos (+) Arcano Dos de Copas (+)
8(+) Dama de Espadas (-) 11 (-) Dos de Oros (-)
Arcano Cinco de Bastos (+) Arcano Cinco de Copas (+)
9(+) Cinco de Espadas (-) 12 (-) Cinco de Oros (-)
Arcano 13 Todos los 8
(∞) (∞)
TERCER SEPTENARIO
El tercer septenario corresponde a vau y domina:
Los 4 Caballeros
Los 4 Tres
Los 4 Seis
Los 4 Nueves
Cada uno de estos elementos domina asi:
Arcano Caballero de Bastos (+) Arcano Caballero de Copas (+)
13 (+) Caballero de Espadas (-) 16 (-) Caballero de Oros (-)
Arcano Tres de Bastos (+) Arcano Tres de Copas (+)
14 (+) Tres de Espadas (-) 17 (-) Tres de Oros (-)
Arcano 15 Seis de Bastos (+) Arcano Seis de Copas (+)
(+) Seis de Espadas (-) 18 (-) Seis de Oros (-)
Arcano 19 Todos los 8
(∞) (∞)
TERNARIO DE TRANSICIÓN
El ternario de transición domina;
Los 4 Valets
Los 4 Diez
Cada uno de estos elementos domina así:
Arcano 19 Valet de Espadas (-) Arcano 20 Valet de Copas (+)
(+) (∞) Valet de Bastos (+) (-) (∞) Valet de Oros (-)
Arcano 21 Todos los 10
(+) (∞)
Valor de los signos + , — y ∞
Los signos que acompañan cada lámina en el enunciado que acabamos de hacer, determinan exactamente el valor de esta lámina. Un ejemplo bastará para darlo a comprender:
Cada término puede ser considerado en dos sentidos principales: positivo o (+) y negativo o (—). Lo mismo ocurre con las subdivisiones de estos términos.
Así los correspondientes a iod en el primer septenario son 1 y 4.
1 es el positivo (+)
4 es el negativo (—)
1 domina a dos arcanos menores: Rey de Bastos y Rey de Espadas. .
Rey de Bastos es positivo (+)
Rey de Espadas es negativo (—)
El valor definitivo de estos términos será entonces:
1° Rey de Bastos.
Positivo (+) del positivo (+)
o
Rey de Bastos
+ +
29 Rey de Espadas.
Negativo (—) del positivo (+)
o
Rey de Espadas
— +
Los mismo ocurrirá con los otros términos si combinamos el signo que acompaña al arcano mayor con el que acompaña al término considerado.
Es ésta la forma de hallar el valor de cada uno de los 78 arcanos del Tarot.
RELACIONES GENERALES
RELACIONES DE IOD
Positivos Negativos
Arcanos Arcano 1 Arcano 4
Mayores Arcano 7 Arcano 10
Arcano 13 Arcano 16
Rey de Bastos Rey de Copas
As de Bastos As de Copas
Arcanos 4 de Bastos 4 de Copas
Menores 7 de Bastos 7 de Copas
Rey de Espadas Rey de Oros
As de Espadas As de Oros
4 de Espadas 4 de Oros
7 de Espadas 7 de Oros
RELACIONES DE LA 1° HE
Arcanos Mayores Positivos: 2, 8 y 14; Negativos 5, 11 y 17
Arcanos Menores Positivos: Dama, 2, 5 y 8 de Bastos
Arcanos Menores Positivos: Dama, 2, 5 y 8 de Espadas
Arcanos Menores Negativos: Dama, 2, 5 y 8 de Copas
Arcanos Menores Negativos: Dama, 2, 5 y 8 de Oros.
RELACIONES DE VAU
Arcanos Mayores Positivos: 3, 9 y 15; Negativos 6, 12 y 18
Arcanos Menores Positivos: Caballero, 3, 6 y 9 de Bastos
Arcanos Menores Positivos: Caballero, 3, 6 y 9 de Espadas
Arcanos Menores Negativos: Caballero, 3, 6 y 9 de Copas
Arcanos Menores Negativos: Caballero, 3, 6 y 9 de Oros
RELACIONES DE LA 2» HE
Positivos Negativos
Arcano 19 Arcano 20
Valet de Bastos Valet de Copas
Valet de Espadas Valet de Oros
CUADRO GENERAL DE LA CONSTRUCCIÓN DEL TAROT QUE RESUME LAS RELACIONES
La ley absoluta "iod-hé-vau-hé" está en el centro del cuadro.
Cada una de las letras del tetragrama domina un cuarto de círculo.
Los diferentes colores indican el dominio particular de cada arcano.
CONSTRUCCIÓN DEL TAROT MÓVIL O ROTATORIO
Se establecen mediante el cuadro anterior las relaciones de todos los arcanos mayores con los menores. Para hallar el sentido de esta relación basta con hacer girar el centro de la figura alrededor del círculo superior.
Así el arcano 1, letra aleph, va a enfrentarse sucesivamente con los diversos grupos de arcanos menores, con lo que obtendremos una serie de nombres hebreos, cuya traducción puede hacerse mediante la ayuda de un diccionario.
Rotación de la primera lámina del Tarot rotatorio. Basta con reemplazar por cada una de las 21 letras restantes, para hallar los nombres hebraicos correspondientes.
En todas las columnas tendremos:
Rey = iod
Dama = hé
Caballero = Vau
Valet = 2° hé
SEGUNDA PARTE
EL SIMBOLISMO EN EL TAROT
APLICACIÓN DE LA CLAVE GENERAL AL SIMBOLISMO
A la memoria del autor de la Misión de los Judíos y del Arqueómetro el Marqués de Saint Yves D´Alveydre.
LA CLAVE DEL GRAN ARCANO
Al autor de "La Decadencia Latina", el Cabalista
JOSEPHIN PELADAN.
CAPÍTULO VIII
INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DEL SIMBOLISMO
Los símbolos — Los términos primitivos — Clave del simbolismo — Determinación inmediata del sentido de un símbolo — Ley general del simbolisrno.
El estudio que hemos hecho sobre el Tarot en sus relaciones numéricas, nos ha facilitado la clave general que debe aplicarse a todos los desarrollos ulteriores.
Los símbolos deben seguir, en consecuencia, la evolución de los números, y, en efecto, comprobaremos que es así. No obstante, como estudiaremos sucesivamente cada una de las láminas del Tarot, podría ocurrir que la atención del lector se fatigara de estos desarrollos; es por esto que hemos decidido realizar una breve introducción sobre el simbolismo del Tarot, aprovechando de paso la ocasión para decir unas palabras sobre la agrupación de estos símbolos. Conocido este punto podemos pasar al desarrollo, terminando con una breve sínte-sis. Esperamos con esto aportar un poco más de luz sobre un asunto tan arduo.
El análisis del nombre "iod-hé-vau-hé" nos ha dado la ley general que precede a la construcción del Tarot. Esta ley se expresa del siguiente modo:
1
iod
2 hé 2° hé 4
vau
3
Debemos determinar ahora en nuestros símbolos cuatro términos primitivos, los que expresarán la ley de aplicación a todo el simbolismo. En efecto, volveremos a encontrar estos cuatro términos en las cuatro primeras láminas, y su sentido general será:
1. Creador o Divino.
2. Conservador o Astral.
3. Transformador o Físico y Difusor.
4. Generador o Transitivo deviniendo Creador.
Esta ley responde perfectamente a nuestra palabra sagrada:
Creador o Divino
1
iod
Conservador o Transición
Hé 2 2° hé o
o Astral Generación
3
vau
Transformador
o Físico
Veremos que esta ley se aplica exactamente a cada una de las láminas, las cuales poseen tres sentidos diferentes.
1. Un sentido superlativo o Divino.
2. Un sentido comparativo o Mágico-Astral.
3. Un sentido positivo o Físico, que responde a una transición.
LAS CUATRO PRIMERAS LAMINAS. GENERALIDADES
CLAVE DEL SIMBOLISMO EN EL TAROT
Los cuatro primeros arcanos mayores forman, simbólica y numéricamente, una serie completa que responde a la palabra sagrada "iod-hé-vau-hé".
En efecto, la primera lámina expresa el "activo absoluto" y corresponde a "iod"; la seguda lámina simboliza el "reflejo" de la primera, el "pasivo absoluto" y corresponde a la primera "hé"; la tercera indica el término de conversión y de transformación y corresponde a "vau"; por último, la cuarta lámina constituye un término de transición entre la serie precedente y la que le sigue.
La serie simbólica del Tarot estará representada entonces por las cuatro primeras láminas, así como la serie numérica lo está por los cuatro primeros números. Se desprende de esto una consecuencia muy importante, y es que todos los símbolos del Tarot son meras transformaciones de los tres primeros arcanos mayores —siendo éstos, a su vez, los que nos dan la ley general del simbolismo—, ley que nos permite determinar matemáticamente el sentido de las láminas siguientes.
Todavía podemos ir más lejos: Como la segunda lámina es el reflejo de la primera —estando formada por la primera considerada negativamente—, y como la tercera lámina emana de las dos anteriores, bastará conocer el significado de la primera lámina del Tarot para determinar con toda precisión el sentido de las demás.
Veamos ahora algunos detalles imprescindibles:

La ley general de las cuatro primeras láminas es la siguiente:
1. Positivo. Creador.
2. Negativo. Reflejo de la primera. Conservador.
3. Neutro. Reunión de las otras dos. Transformador.
4. Tránsito de una a otra serie.
Podremos representarlas así:
Lo que es verdad para cada uno de los términos de un ternario, lo será también para ese mismo ternario considerado en su conjunto. Esto nos lleva a otras consideraciones.
El primer ternario será positivo y corresponderá a iod, el activo o creador; el segundo ternario será negativo y corresponderá a hé, por lo tanto todos sus términos serán el reflejo de los términos del primero, así como la segunda lámina era el reflejo de la primera.
Lo que nos dará:
En consecuencia podremos determinar el sentido de los arcanos 4, 5, 6 y 7 en los tres mundos, con sólo conocer el sentido de los arcanos 1, 2, 3 y 4.
Basta estudiar las correspondencias numerales del Tarot para encontrar de inmediato sus relaciones simbólicas con la iod, la hé, la vau y la segunda hé.
Mas si el segundo ternario es el reflejo del primero se infiere que existirán iguales correspondencias con el septenario, por lo tanto todas las láminas del segundo septenario serán el reflejo simbólico del primero.
Las cartas del tercer septenario representarán la tercera lámina, esto es la transformación. Tendremos entonces las siguientes interpretaciones:
1er- Septenario
La creación activa. Lo divino. Osiris-Brahma. El Padre.
2°- Septenario
La conservación. El astral. Vichnou. El Hijo.
3er- Septenario
La transformación. Lo físico. Horus. Siva. El Espíritu Santo.
Resumiendo: Los tres primeros arcanos dan la interpretación de todos los demás, tal como lo resumimos en la siguiente tabla.
Esta tabla es muy importante, puesto que nos permitirá hallar el valor simbólico de una lámina cualquiera del Tarot, operando del siguiente modo:
DETERMINACIÓN A PRIORI DEL VALOR SIMBÓLICO
DE UNA LÁMINA DEL TAROT
Determinaremos:
1° Cuál es la letra hebraica impresa a la izquierda, en la columna horizontal que contiene la lámina considerada;
2° Cuál es la letra hebraica impresa debajo de la columna vertical que contiene la lámina considerada;
3° Cuál es la letra hebraica, impresa debajo de la columna vertical, que contiene la lámina considerada.
EJEMPLO
Sea hallar el sentido del arcano 5.
Miro a la izquierda y encuentro como letra hebraica la hé.
Esto me indica que el arcano 5 es la hé, ¿de qué? Para saberlo miro la columna vertical y encuentro iod.
El arcano 5 es la hé de iod; mas esto no es todavía suficiente, miro entonces la columna secundaria que contiene el signo (—), negativo.
Obtengo así una fórmula definitiva del arcano 5.
La quinta lámina del Tarot es:
La hé de iod, considerada negativamente.
Es ésta una fórmula sintética comprensible únicamente para quien está habituado al manejo del nombre 'iod-hé-vau-hé". Por lo tanto es necesario desarrollar esta explicación. Hé representa el reflejo.
Diremos entonces, para ser más claros:
El arcano 5 es:
El reflejo de iod considerado negativamente. Pero ¿qué es iod considerado negativamente?
Para saberlo busco en la columna de la izquierda la letra iod, luego en la columna vertical secundaria el signo negativo (—) y en la intersección de estas dos líneas encuentro el arcano 4.
La iod considerada negativamente es el arcano 4.
Por lo tanto, diré:
El arcano 5 es el reflejo del arcano 4.
Así se explican todos los arcanos, los unos por los otros, de acuerdo a lo que dijimos más arriba.
Esta tabla es la clave del "Ars Magna" de Raymond Lulle.
ARCANOS MAYORES
"Relaciones del Tetragrama y de cada arcano"
1 iod de iod + (positivo)
2 hé de iod +
3 vau de iod +
4 iod de iod —
5 hé de iod —
6 vau de iod —
7 iod de hé +
8 he de hé +
9 vau de hé +
10 iod de hé —
11 hé de hé —
12 vau de hé—
13 iod de vau +
14 he de vau 4-
15 vau de vau 4-
16 iod de vau—
17 he de vau—
18 vau de vau—
19 iod de 2a hé
20 he de 2a hé
O ó 21 vau de 2a hé
22 iod hé vau 2° hé
Correspondencias entre las láminas del Tarot
Para obtener el origen y la derivada de una lámina cualquiera del Tarot, basta con tomar la tercera lámina anterior y la tercera que le sigue.
Así el arcano 8, derivada del arcano 5, da nacimiento al arcano 11.
5 8 11
Vida Universal Existencia Vida reflejada
Elemental y pasajera
Se sigue de esto que cuando la suma de dos láminas da una cantidad par, bastará con tomar la mitad de esta cantidad para hallar la lámina que sirve de enlace a estas dos.
Por ejemplo, sea hallar el enlace que une el arcano 4 al arcano 6 (el fluido animador universal y el amor universal); sumando 4 y 6 obtenemos 10 como resultado, la mitad de esta suma es igual a 5.
El arcano 5 (vida universal) reúne entonces los dos opuestos. (El alfabeto hebreo establece rigurosamente esta filiación mediante las letras correspondientes a estos tres números.) [Ver
el arcano 8.]
El pasaje del fluido animador (4) en el amor (6) se opera por intermedio de la vida universal (5).
Cada lámina del Tarot, poseyendo tres sentidos bien determinados, permite filosofar a cualquiera sin necesidad de romperse mucho la cabeza.
De todo esto puede obtenerse una nueva conclusión, y es que cada una de las cartas del Tarot tiene como complementaria aquella que restada de 22 reproduce el número de la primera.
EJEMPLO
¿Cuál es la carta complementaria del arcano 1?
22 — 1 =- 21. Luego el arcano complementario será el 21.
¿Cuál es ahora el término de enlace o de transición entre el arcano 1 y el 21? De acuerdo a lo ya explicado tendremos, 21 + 1 = 22, y ahora 22/2 = 11. En consecuencia: el arcano 11 (vida reflejada y pasajera) establece la transición entre el arcano 1 (principio creador) y el arcano 21 (la generación universal).
Para hallar la carta complementaria bastará, según ya dijimos, con restar de 22 la carta considerada. Veamos otro ejemplo:
Hallar la carta complementaria del arcano 14.
22 — 14 == 8
El arcano 8 será, en consecuencia, el complemento del 14. Todos estos datos nos serán muy útiles en lo que sigue. Es por esto que hemos sido tan insistentes. Podemos ahora volver al estudio de los arcanos mayores. Pero antes repetiremos la figura que nos ha servido para encontrar la clave general del Tarot, valiéndonos para ello de la ley que rige las cuatro primeras láminas.
Positivo
1
iod
Negativo Transición
Reflejo de (2) Hé 2° hé iod de la serie
iod siguiente
vau
(3)
Neutro
Unión de iod y de hé
Autógrafo de Etteilla. (Biblioteca de Papus.)
Adaptación Astro Hermética del Tarot por Etteilla
Al autor de "Los Grandes Iniciados", M. Schure.
CAPÍTULO IX
HISTORIA DEL SIMBOLISMO DEL TAROT
INVESTIGACIONES SOBRE SU ORIGEN
El Tarot es un libro Egipcio — Sus transformaciones — Juego de Mantegna — Tarot veneciano — Tarot de Florencia — Tarot de Bologna — Tarot hindú — Relaciones del Tarot con un monumento chino — Tarot chino — Los Tarots actuales — Etteilla — Marsella — Besancon — Wattillaux — Tarots alemanes e italianos — Tarot de Papus — Construcción del simbolismo del Tarot — Los 16 signos hieroglíficos primitivos — Las 22 letras hebraicas, base del Tarot simbólico
ORÍGENES DEL SIMBOLISMO DEL TAROT
Cada lámina del Tarot representa, ya lo hemos dicho, un símbolo, un número y una idea.
En el transcurso de esta exposición nos propusimos evitar, dentro de lo posible, una actitud empírica; con tal motivo hemos estudiado primeramente el elemento más sólido, fijo e invariable en sus combinaciones, el número.
Firmemente apoyados sobre esta base, nos hallamos ahora en condiciones de estudiar con más provecho el aspecto simbólico. Con tal fin supondremos que "el lector se ha procurado un Tarot, sobre todo EL TAROT DE MARSELLA, que es el más exacto desde el punto de vista simbólico.
Bastará entonces con disponer las láminas sobre una mesa para observar de inmediato que los personajes visten como en la época del "renacimiento". Me diréis entonces: ¿a juzgar por la vestimenta, vuestro juego no parece tan antiguo?
Mas considerad con mayor atención las figuras y descubriréis de inmediato ciertos símbolos egipcios (cruz ansata, N°5; ibis, N9 17) mezclados a los trajes renacentistas.
Esto nos indica que el Tarot de Marsella es efectivamente la representación exacta del Tarot egipcio primitivo. Solamente los Bohemios poseen intacto el juego primitivo.
Los estudios de los eruditos que se han ocupado del Tarot prueban hasta la evidencia nuestra afirmación. Si hojeamos los trabajos de Chatto, de Boiteau y sobre todo de Merlín, veremos que nuestro aserto está también probado por la historia.
Merlín condujo sus investigaciones mediante un rigorismo científico que le permitió hallar el origen de nuestro Tarot de Marsella en un Tarot italiano de Venecia, el cual es el padre de todos los juegos ulteriores. Asimismo encuentra el origen del Tarot veneciano en el juego filosófico de Mantegna. Mas no logra hallar el origen de este último juego. La causa de esto está en que Merlín toma como origen lo que en realidad es una reproducción hecha por un iniciado. Es también lo que se ha producido con el Ars Magna, de Raymond Lulle, deducido totalmente del Tarot.
Damos a título informativo el juego de Mantegna conocido por los comerciantes con el nombre de "Cartas de Baldini", como así mismo los juegos italianos, de los cuales se han derivado la mayor parte de los nuestros.
La última de las tablas que damos a continuación, en la que se contienen las relaciones del
Tarot o juego de Mantegna, debe ser invertida —con lo que representará las cartas de Mantegna derivadas del Tarot— tal como acabamos de indicarlo.
He aquí esta tabla:
JUEGO DE MANTEGNA
ORIGEN DE LOS OTROS JUEGOS
CORRESPONDENCIAS ENTRE LOS JUEGOS ITALIANOS PRIMITIVOS
Y EL TAROT ACTUAL
TAROT ACTUAL DE MANTEGNA
El Rey Rey N°8 de Mantegna
El Caballo Caballero N°6 de Mantegna
El Valet Famero N°2 de Mantegna
El Emperador 4 del Tarot y el IX serie E de Mantegna
El Papa 5 del Tarot y el X serie E Mantegna
La Temperanza 14 del Tarot y el 34 serie B de Mantegna
La Fuerza 11 del Tarot y el 36 serie B de Mantegna
La Justicia 8 del Tarot y el 37 serie B de Mantegna
La Luna 18 del Tarot y el 41 serie A de Mantegna
El Sol 19 del Tarot y el 44 serie A de Mantegna
El Loco Mísero N°1 de Mantegna
La Estrella 17 Venus N°42 de Mantegna
El Carruaje 7 Marte N°10 de Mantegna
El Ermitaño 9 Saturno N°47 de Mantegna
El Mundo 21 Júpiter N°46 de Mantegna
Primera causa N°50 de Mantegna
Si a pesar de esto, la existencia de los símbolos egipcios de este Tarot —pseudo italianos— no conforma al lector, algunas palabras sobre las transformaciones del Tarot en Oriente y en Europa, principalmente en Italia, lo satisfará plenamente.
En efecto, los hindúes poseen un juego de ajedrez (Tchatu-ranga) que se deriva del Tarot, tal como lo demuestra la disposición de sus piezas divididas en cuatro series: Elefantes, Carros, Caballos, Infantes.
Los musulmanes de la India poseen igualmente un juego derivado en línea directa de los viejos símbolos del Tarot: el Gungeifu o Ghendgeifeh. Este juego se compone de ocho series de doce cartas, las que se dividen así:
SECCIÓN SUPERIOR SECCIÓN INFERIOR
O BISHBUR O KUNBUR
Coronas Arpas
Lunas Soles
Sables Diplomas reales
Esclavos Bultos de mercaderías
RELACIONES DE ESTE JUEGO CON UN MONUMENTO CHINO
Berlín, que tantos servicios rindió a la literatura y a la ciencia con las excelentes memorias que se procuró y que hizo publicar sobre China, nos comunicó la existencia de un monumento único, el cual le fue remitido desde aquellas latitudes, y que se remonta a las primeras edades de este imperio. Esto es lo que afirman los chinos diciendo que el susodicho monumento representa a Yao en el acto de deseca: las aguas del diluvio.
Las inscripciones del monumento están formadas por grandes compartimentos que afectan la forma de un rectángulo, todos ellos iguales, y del mismo tamaño que las cartas del Tarot.
Estos compartimentos están dispuestos en seis columnas perpendiculares; las cinco primeras comprenden 14 compartimentos cada una y la última 7 solamente. En total suman 77 figuras, iguales a las 77 del Tarot;
y está formado por combinaciones de 7 cartas, puesto que cada columna contiene 14 signos y aquella que abarca solamente media columna tiene tan sólo siete compartimentos.
A no ser por esto, podrían haberse arreglado estos 77 compartimentos de manera de llenar casi totalmente la sexta columna: bastaría para ello disponer las columnas en 13 compartimentos, la sexta tendría entonces 12.
Este monumento es por lo tanto muy semejante, en su disposición, al juego del Tarot. Si se los dispusiera sobre un tablero: los cuatro colores estarían representados por las cuatro primeras columnas de catorce cartas cada una, y los triunfos, 21 en total, llenarían la quinta columna y la mitad de la sexta.
Sería muy extraño que un arreglo semejante fuera la mera obra del azar; parece en cambio muy probable que cada uno de estos monumentos fueran constituidos según el principio sagrado del número 7; en consecuencia ambos aparecen como el resultado de la aplicación de una idéntica fórmula, posiblemente anterior a la existencia de los chinos y egipcias. Quizá podría hallarse algo semejante entre los hindúes o entre los pueblos del Tibet, situados entre estas dos naciones.
Tuvimos muchos deseos de hacer grabar este monumento chino; mas el temor de desfigurarlo —al reducir demasiado su tamaño original—, y considerando además la parquedad de nuestros recursos económicos es por lo que hemos desistido.
Nos olvidábamos decir que las figuras chinas están grabadas en blanco sobre fondo negro, lo que las hace particularmente claras.
RELACIONES DEL JUEGO CON LAS CUADRILLAS Y TORNEOS
Durante muchos siglos la nobleza montaba a caballo y, dividida en colores o en facciones, realizaba combates o torneos simulados, en un todo análogos a los que se realizan con los juegos de cartas y particularmente con el Tarot, el cual era un juego militar lo mismo que el ajedrez, al mismo tiempo que podía ser considerado como un juego civil.
En su origen, los caballeros del torneo estaban divididos en cuatro, y aun en cinco bandos, correspondientes a los cuatro colores del Tarot y al total de los triunfos.
Es así como la última diversión de este género que se vio en Francia, fue presentada en 1662 por Luis XIV, entre las Tullerias y el Louvre, en esa gran plaza que ha conservado el nombre de Carrousel. Estaba compuesto por cinco cuadrillas. El rey estaba a la cabeza de los romanos; su hermano, jefe de la casa de Or-leáns, a la cabeza de los persas; el príncipe de Conde mandaba a los turcos; el duque de Enghien, su hijo, a los hindúes; el duque de Guisa, a los americanos. Tres reinas se hacían presente bajo un dosel: la reina madre, la reina reinante y la reina de Inglaterra, viuda de Carlos II. El conde de Sault, hijo del duque de Lesdiguiéres ganó el premio y lo recibió de manos de la reina madre.
Las cuadrillas estaban compuestas generalmente por 8 ó 12 caballeros para cada color: lo que para cuatro colores y a ocho por cuadrilla, da el número 32, que suma el total necesario en el juego de piquet; y para cinco colores, el número 40 que es el número de cartas indispensables para el juego de las cuadrillas.
Court de Gébelin
TAROT CHINO
Mas si un ojo poco experimentado podría no reconocer al Tarot en este juego, no ocurriría lo mismo con el Tarot Chino, pues la disposición de sus cartas demuestra irrecusablemente su legitimo origen. En el cuadro que sigue se exponen sus correspondencias con el nombre sagrado:
ARCANOS MAYORES ARCANOS MENORES
iod hé vau hé
1
15
29
43
57
71
2
16
30
44
58
72
3
17
31
45
59
73
4
18
32
46
60
74
5
19
33
47
61
75
6
20
34
48
62
76
7
21
35
49
63
77
8
22
36
50
64
9
23
37
51
65
10
24
38
52
66
11
25
39'
53
67
12
26
40
54
68
13
27
41
55
69
14
28
42
56
70
Hemos situado en la parte superior de este cuadro las correspondencias de los arcanos menores y mayores y de las cuatro letras del tetragrama. La descripción de este monumento chino se hallará en el "Mundo Primitivo" de Court de Gébelin y en la obra de J. A. Vaillant. En cuanto a los Tarots extranjeros puede decirse que los poseemos casi todos; esto nos permite indicar todos aquellos que pueden consultarse.
Tarot Chino (Algunas cartas)
TAROTS ACTUALES
Poseemos hoy en día un gran número de juegos de Tarot. He aquí algunos de los principales:
Tarot de Etteilla
Tarot de Italia
Tarot de Marsella
Tarot de Besancon
Tarot de Besancon a dos cabezas
Tarot de Watillaux
Tarot de Alemania
Tarot de Papus
TAROTS FRANCESES
El Tarot de Etteilla no posee ningún valor simbólico, pues constituye una pésima mutilación del verdadero Tarot; es el juego comúnmente empleado por nuestras cartománticas y no posee otro interés que la rareza de sus figuras.
El Tarot de Watillaux o juego de la princesa Tarot, reproduce con bastante exactitud los arcanos menores. Este es el único aspecto que lo hace interesante.
El Tarot italiano, el de Besancon y el de Marsella son los mejores que poseemos hoy en día, sobre todo el último, que reproduce bastante bien el Tarot simbólico primitivo.
TAROTS EXTRANJEROS
Además del italiano, debemos citar el Tarot alemán cuyos arcanos llevan símbolos diferentes. En efecto:
Las Copas están representadas por los corazones.
Los Oros por cascabeles.
Las Espadas por hojas.
Los Bastos por bellotas.
Por otra parte, este Tarot es bastante malo.
TAROT DE PAPUS
Era importante poseer un juego de Tarot cuyo simbolismo quedara definitivamente establecido. Semejante trabajo, reclamado por Eliphas Levi —que estableció sus principios— acaba de ser realizado por Goulinat, bajo la dirección de Papus.
Este talentoso artista ha dibujado la serie completa de los 22 arcanos mayores y de los 56 menores. Los diseños reproducen el Tarot de Marsella con las modificaciones simbólicas aconsejadas por Eliphas Levi, cuyos trabajos e investigaciones sobre tan profunda cuestión resultan especialmente hermosos. Tal como lo hemos indicado, es sumamente útil para aquellos que deseen profundizar en el estudio del Tarot, procurarse el Tarot de Marsella y el de Papus. Es sobre éstos que nos basaremos para desarrollar el sentido simbólico de cada lámina. Pero antes de pasar al estudio de dicho simbolismo, debemos averiguar si no existe un medio capaz de revelarnos el simbolismo definitivo del Tarot.
¿COMO PODEMOS ASENTAR DEFINITIVAMENTE
EL SIMBOLISMO DEL TAROT?
El Tarot representa la ciencia antigua o ciencia oculta en todos sus desarrollos posibles, es lo que hemos afirmado repetidas veces.
Por lo tanto si deseamos encontrar una base suficientemente sólida como para referir a ella el simbolismo de los 22 arcanos mayores, deberemos abandonar por un instante nuestro Tarot, para dirigirnos a esta antigua ciencia. Solamente ésta nos facilitará los medios para alcanzar nuestro objeto, no precisamente para hallar la explicación de los símbolos, sino más bien para "crearlos" uno a uno, deduciéndolos de los principios fijos y generales.
Realizaremos así un trabajo completamente nuevo en su género, evitando al mismo tiempo, dentro de lo posible, los errores resultantes de querer explicar por sí mismos los símbolos del Tarot, en vez de buscarlos en sus fuentes originales.
La búsqueda de estos símbolos particulares nos conduce de inmediato a la discusión del grave problema de su origen. Nuestras solas fuerzas no son suficientes para abordar esta cuestión y, sobre todo, resolverla; nos ayudaremos entonces con la opinión de otros autores más autorizados. Siendo la unidad el criterio de la verdad la concordancia de las varias conclusiones sobre un punto fijo será para nosotros un índice precioso.
Claude de Saint Martin, el filósofo desconocido, dice, en su libro de Las Relaciones, que el alfabeto primitivo se componía de 16 signos. Obtuvo estos datos, según lo que podemos juzgar, de la revelación intuitiva unida a las enseñanzas del Iluminismo del cual era miembro activo.
Lacour, en su libro de los Elohim o dios de Moisés, llegó a determinar por vía inductiva la existencia de un alfabeto primitivo igualmente compuesto por 16 signos. Otro autor, persiguiendo otras investigaciones, llega también a descubrir la existencia de estos 16 signos primitivos. El autor es Barrois, y el libro se refiere a un sistema de dactilología.
Los trabajos de Court de Gébelin y sobre todo los de Fabre D'Olivet son notables a este respecto. En su "lengua hebraica restituida", este sabio iniciado establece la existencia de ciertos signos hieroglíficos primitivos, de los cuales se habrían derivado las letras hebreas.
Todos estos autores, partiendo de fuentes bastante diferentes, concuerdan en sus conclusiones, lo que demuestra la exactitud de sus investigaciones.
Que estos 16 signos primitivos fueran el origen de los signos alfabéticos hebreos, sánscritos, chinos o griegos, no nos interesa mayormente. Lo importante es la identidad de las fuentes que justifican conclusiones equivalentes.
El alfabeto hebreo, compuesto por 22 letras, nos resulta particularmente satisfactorio, visto la correspondencia entre el número de las letras de que se compone y las láminas de los arcanos mayores del Tarot. Apenas asentada esta conclusión surgen de inmediato otras de igual importancia.
Guillaume Postel nos revela las relaciones del alfabeto hebraico con el Tarot; van Helmont hijo, Claude de San Martín, Fabre D'Olivet fortalecen nuestra opinión; en fin, Eliphas Levi aporta también el peso de su maravillosa erudición sobre estas cuestiones.
Mas lo que nos sorprenderá todavía más, es que un viejo libro de cábala, el Sefer Jesirah, estudiando la constitución del alfabeto hebraico, llega a dividir las letras de modo a relacionarlas, con toda exactitud, a los datos de la astrología, tal como lo demuestra un viejo manuscrito del Vaticano; sobre el cual, Cristián, ha basado sus trabajos horoscópicos.
De puntos de vista tan diferentes surge una única consecuencia: el valor de la letra hebraica como elemento simbólico. Poseemos en ella un simbolismo verdadero del cual podemos obtener no solamente las consecuencias inmediatas, sino también los orígenes.
Podríamos hacer un Tarot compuesto únicamente por las letras hebreas y sus números respectivos; mas no es éste nuestro objeto; vamos a investigar cómo puede deducirse del simbolismo de los caracteres hebreos el simbolismo del Tarot y realizaremos así nuestro diseño: determinar por vía deductiva el valor de las figuras del Tarot y su razón de ser.
LAS LETRAS HEBREAS BASE DEL TAROT SIMBÓLICO
Vamos a estudiar las letras hebreas una a una, determinando sucesivamente:
1° El valor jeroglífico de cada una, de acuerdo a su origen (Fabre D'Olivet y Barrois);
2° El valor simbólico derivado de este jeroglífico (Fabre D'Olivet, Eliphas Levi y Christian);
3° Su valor astronómico (Christian y Sefer Jesirah).
Conociendo estos datos nos resultará fácil establecer su aplicación a los símbolos del Tarot. Mas antes de abordar este estudio, diremos algunas palabras sobre el alfabeto hebreo en general y de su constitución.
El alfabeto hebreo está compuesto por 22 letras; estas letras guardan un orden correlativo; cada una de ellas corresponde a un número derivado de la posición que ocupa en el alfabeto, a un jeroglífico resultado de su forma y a un símbolo correspondiente a sus relaciones con las demás letras. Cada letra es la derivada de otra llamada iod. La iod las ha formado de la siguiente manera (ver el Sefer Jesirah).
1° Tres letras madres:
(aleph) A
(mem) M
(shin) S
2° Siete dobles (dobles porque expresan dos sonidos, uno positivo-fuerte, otro negativo-suave):
beth B 2
ghimel G 3
daleth D 4
caph C 11
phé F 17
resch R 200
thau T 400
3° Por último 12 simples formadas por las otras letras.
Para mayor claridad daremos el alfabeto hebreo con la indicación de las cualidades y orden de cada letra.
N°de Orden
Nombre
Equivalencias romanas
Valor
1
aleph
A
madre
2
beth
B
doble
3
ghimel
G
doble
4
daleth
D
doble
5

E
simple
6
vau
V
simple
7
heth
Z
simple
8
Zaïn
H
simple
9
iod
T
simple
10
caph
I
simple y principio
11
lamed
C
doble
12
mem
L
simple
13
teth
M
madre
14
noun
N
simple
15
samech
S
simple
16
haïn
X
simple
17
phé
F
doble
18
tsadé
P
simple
19
coph
K
simple
20
resch
R
doble
21
shin
V
madre
22
thau
O
doble
Hemos determinado un principio fijo para el simbolismo de las letras hebreas. No tememos ahora ningún error producido por la mala interpretación de una vestimenta o por una figura inexacta. La letra hebrea nos servirá de referencia para elucidar cualquier punto oscuro de difícil interpretación. Podemos ahora volver sobre nuestro Tarot, al que abandonáramos para hacer esta digresión.

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